viernes, 19 de febrero de 2010

el problema de la verdad

EL PROBLEMA DE LA VERDAD.

LA CREENCIA Y LA VERDAD (I)



EL PROBLEMA DE LA CERTEZA DEL CONOCIMIENTO. Para estudiar el problema de la certeza del conocimiento, creemos necesario puntualizar una dis­tinción entre los conocimientos, según su finalidad. Existe un conocimiento en el cual la certeza es algo que debe ser demostrado, como una exigencia de verdad; tal es el conocimiento de las ciencias y la filosofía. Pero existe otro conocimiento que podemos llamar conocimiento cotidiano o conocimiento práctico, en el cual la exigencia de certeza reviste otras características.

Nuestro problema podría ser formulado así: ¿Cuándo podemos tener la certe­za de que nuestro conocimiento tiene verdad? ¿Cuándo será verdad nuestro cono­cimiento práctico? Podríamos decir que nuestro conocimiento práctico es verdadero cuando es acorde con la realidad, pero ¿cuándo es acorde con la realidad? Para resolver esa pregunta debemos distinguir dos modos de conocimiento práctico: ideas y creencias.

IDEAS Y CREENCIAS. A todos los hombres se les ocurren ideas (según expresión de José Ortega y Gasset) que bien pueden ser suyas o ajenas. Todo hom­bre tiene lo que se llama "sus ideas", que rigen su modo de pensar. Pero el modo de pensar de cada hombre, pueden manifestarse de dos maneras: pensando y actuan­do. En cuanto que el hombre piensa, piensa sobre algo y sobre ese algo se hace una idea; esto es válido tanto para la idea del hombre común como para la idea del científico. Esas son las ideas de los hombres. Pero en cuanto el hombre actúa, hay otros pensamientos que nunca se llegan a formular, pensamientos con los que se cuenta (siguiendo la formulación de Ortega). José Ortega y Gasset tiene un ejemplo que aclara mucho: cuando una persona decide salir a la calle, aun cuando pueda pensar sobre cada uno de los detalles de su decisión de salir a la calle y sobre cada uno de los movimientos necesarios para hacerlo, difícilmente lo hará sobre la posi­bilidad de que haya calle o no; la existencia de la calle es algo con lo que se cuenta. Del mismo modo que la calle en el ejemplo anterior, hay muchos otros pensamientos con los que el hombre cuenta y que ni siquiera llega a formular; se trata de pensa­mientos que efectivamente rigen su vida, su actuar. Estas son las creencias de los hombres.

EL PROBLEMA DE LA VERDAD. LA NATURALEZA DE LA VERDAD.

EL PROBLEMA DE LA VERDAD. En la filosofía tradicional se ha visto la verdad como problema formal: cómo explicar la coherencia del pensamiento con la realidad. Las soluciones a este problema han dado origen a muy diversas ideas sobre el conocimiento. Veamos.

Desde un punto de vista extremo se considera que todo aquello que es formu­lado por nuestro entendimiento es algo que existe realmente y que es tal y como ha sido formulado. La teoría sobre el conocimiento que está detrás de esta idea sobre la verdad del conocimiento es la que sostiene que nuestra mente no es más que un fiel reflejo de la realidad: la realidad se impone a la mente y el conocimiento corresponde a la realidad.

Pero pronto estos pensadores se dieron cuenta de que entre distintos hombres podía haber ¡deas diversas sobre una misma realidad, podían existir diferencias de opinión sobre algo. Para salvar esta dificultad empezaron a hacer la distinción entre opinión y razón, haciendo ver que esta última es la única que puede proporcionar un conocimiento verdadero de la realidad. Cuando la razón del hombre ha podido superar las apariencias de las cosas y ha podido, según el modo de intelección que le es propio, distinguir la esencia de las mismas, ha llegado a la verdad.

martes, 16 de febrero de 2010

positivismo

Consiste en no admitir como validos científicamente otros conocimientos, sino los que proceden de la experiencia, rechazando, por tanto, toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto. El hecho es la única realidad científica, y la experiencia y la inducción, los métodos exclusivos de la ciencia. Por su lado negativo, el positivismo es negación de todo ideal, de los principios absolutos y necesarios de la razón, es decir, de la metafísica. El positivismo es una mutilación de la inteligencia humana, que hace posible, no sólo, la metafísica, sino la ciencia misma. Esta, sin los principios ideales, queda reducida a una nomenclatura de hechos, y la ciencia es una colección de experiencias, sino la idea general, la ley que interpreta la experiencia y la traspasa. Considerado como sistema religioso, el positivismo es el culto de la humanidad como ser total y simple o singular.

* Evolución.

El término positivismo fue utilizado por primera vez por el filósofo y matemático francés del siglo XIX Auguste Comte, pero algunos de los conceptos positivistas se remontan al filósofo británico David Hume, al filósofo francés Saint-Simon, y al filósofo alemán Immanuel Kant.

Comte eligió la palabra positivismo sobre la base de que señalaba la realidad y tendencia constructiva que él reclamó para el aspecto teórico de la doctrina. En general, se interesó por la reorganización de la vida social para el bien de la humanidad a través del conocimiento científico, y por esta vía, del control de las fuerzas naturales. Los dos componentes principales del positivismo, la filosofía y el Gobierno (o programa de conducta individual y social), fueron más tarde unificados por Comte en un todo bajo la concepción de una religión, en la cual la humanidad era el objeto de culto. Numerosos discípulos de Comte rechazaron, no obstante, aceptar este desarrollo religioso de su pensamiento, porque parecía contradecir la filosofía positivista original. Muchas de las doctrinas de Comte fueron más tarde adaptadas y desarrolladas por los filósofos sociales británicos John Stuart Mill y Herbert Spencer así como por el filósofo y físico austriaco Ernst Mach.

* Comte, Augusto (1798-1857).

Filósofo positivista francés, y uno de los pioneros de la sociología. Nació en Montpellier el 19 de enero de 1798. Desde muy temprana edad rechazó el catolicismo tradicional y también las doctrinas monárquicas. Logró ingresar en la Escuela Politécnica de París desde 1814 hasta 1816, pero fue expulsado por haber participado en una revuelta estudiantil. Durante algunos años fue secretario particular del teórico socialista Claude Henri de Rouvroy, conde de Saint-Simon, cuya influencia quedaría reflejada en algunas de sus obras. Los últimos años del pensador francés quedaron marcados por la alienación mental, las crisis de locura en las que se sumía durante prolongados intervalos de tiempo. Murió en París el 5 de septiembre de 1857.

Para dar una respuesta a la revolución científica, política e industrial de su tiempo, Comte ofrecía una reorganización intelectual, moral y política del orden social. Adoptar una actitud científica era la clave, así lo pensaba, de cualquier reconstrucción.

Afirmaba que del estudio empírico del proceso histórico, en especial de la progresión de diversas ciencias interrelacionadas, se desprendía una ley que denominó de los tres estadios y que rige el desarrollo de la humanidad. Analizó estos estadios en su voluminosa obra Curso de filosofía positiva (6 vols., 1830-1842). Dada la naturaleza de la mente humana, decía, cada una de las ciencias o ramas del saber debe pasar por "tres estadios teoréticos diferentes: el teológico o estadio ficticio; el metafísico o estadio abstracto; y por último, el científico o positivo". En el estadio teológico los acontecimientos se explican de un modo muy elemental apelando a la voluntad de los dioses o de un dios. En el estadio metafísico los fenómenos se explican invocando categorías filosóficas abstractas. El último estadio de esta evolución, el científico o positivo, se empeña en explicar todos los hechos mediante la aclaración material de las causas. Toda la atención debe centrarse en averiguar cómo se producen los fenómenos con la intención de llegar a generalizaciones sujetas a su vez a verificaciones observacionales y comprobables. La obra de Comte es considerada como la expresión clásica de la actitud positivista, es decir, la actitud de quien afirma que tan sólo las ciencias empíricas son la adecuada fuente de conocimiento.

Cada uno de estos estadios, afirmaba Comte, tiene su correlato en determinadas actitudes políticas. El estadio teológico tiene su reflejo en esas nociones que hablan del Derecho divino de los reyes. El estadio metafísico incluye algunos conceptos tales como el contrato social, la igualdad de las personas o la soberanía popular. El estadio positivo se caracteriza por el análisis científico o "sociológico" (término acuñado por Comte) de la organización política. Bastante crítico con los procedimientos democráticos, Comte anhelaba una sociedad estable gobernada por una minoría de doctos que empleara métodos de la ciencia para resolver los problemas humanos y para imponer las nuevas condiciones sociales.

Aunque rechazaba la creencia en un ser transcendente, reconocía Comte el valor de la religión, pues contribuía a la estabilidad social. En su obra Sistema de Política Positiva (1851-1854; 1875-1877), propone una religión de la humanidad que estimulara una benéfica conducta social. La mayor relevancia de Comte, sin embargo, se deriva de su influencia en el desarrollo del positivismo.

* La Ley de los tres Estados.

Según Comte, los conocimientos pasan por tres estados teóricos distintos, tanto en el individuo como en la especie humana. La ley de los tres estados, fundamento de la filosofía positiva, es, a la vez, una teoría del conocimiento y una filosofía de la historia. Estos tres estados se llaman:

* Teológico.
* Metafísico.
* Positivo.
*
* Estado Teológico:

Es ficticio, provisional y preparatorio. En él, la mente busca las causas y los principios de las cosas, lo más profundo, lejano e inasequible. Hay en él tres fases distintas:

* Fetichismo: en que se personifican las cosas y se les atribuye un poder mágico o divino.
*
* Politeísmo: en que la animación es retirada de las cosas materiales para trasladarla a una serie de divinidades, cada una de las cuales presenta un grupo de poderes: las aguas, los ríos, los bosques, etc.
*
* Monoteísmo: la fase superior, en que todos esos poderes divinos quedan reunidos y concentrados en uno llamado Dios.

En este estado, predomina la imaginación, y corresponde a la infancia de la humanidad. Es también, la disposición primaria de la mente, en la que se vuelve a caer en todas las épocas, y solo una lenta evolución puede hacer que el espíritu humano de aparte de esta concepción para pasar a otra. El papel histórico del estado teológico es irremplazable.

* Estado Metafísico:

O estado abstracto, es esencialmente crítico, y de transición, Es una etapa intermedia entre el estado teológico y el positivo. En el se siguen buscando los conocimientos absolutos. La metafísica intenta explicar la naturaleza de los seres, su esencia, sus causas. Pero para ello no recurren a agentes sobrenaturales, sino a entidades abstractas que le confieren su nombre de ontología. Las ideas de principio, causa, sustancia, esencia, designan algo distinto de las cosas, si bien inherente a ellas, más próximo a ellas; la mente que se lanzaba tras lo lejano, se va acercando paso a paso a las cosas, y así como en el estado anterior que los poderes se resumían en el concepto de Dios, aquí es la naturaleza, la gran entidad general que lo sustituye; pero esta unidad es más débil, tanto mental como socialmente, y el carácter del estado metafísico, es sobre todo crítico y negativo, de preparación del paso al estado positivo; una especie de crisis de pubertad en el espíritu humano, antes de llegar a la adultes.

* Estado Positivo:

Es real, es definitivo. En él la imaginación queda subordinada a la observación. La mente humana se atiene a las cosas. El positivismo busca sólo hechos y sus leyes. No causas ni principios de las esencias o sustancias. Todo esto es inaccesible. El positivismo se atiene a lo positivo, a lo que está puesto o dado: es la filosofía del dato. La mente, en un largo retroceso, se detiene a al fin ante las cosas. Renuncia a lo que es vano intentar conocer, y busca sólo las leyes de los fenómenos.

* EL CARACTER SOCIAL DEL ESPIRITU POSITIVO.

El espíritu positivo tiene que fundar un orden social. La constitución de un saber positivo es la condición de que haya un autoridad social suficiente, y esto refuerza el carácter histórico del positivismo.

Comte, fundador de la Sociología, intenta llevar al estado positivo el estudio de la Humanidad colectiva, es decir, convertirlo en ciencia positiva. En la sociedad rige también, y principalmente, la ley de los tres estados, y hay otras tantas etapas, de las cuales, en una domina lo militar.

Comte valora altamente el papel de organización que corresponde a la iglesia católica; en la época metafísica, corresponde la influencia social a los legistas; es la época de la irrupción de las clases medias, el paso de la sociedad militar a la sociedad económica; es un período de transición, crítico y disolvente; el protestantismo contribuye a esta disolución. Por último, al estado positivo corresponde la época industrial, regida por los intereses económicos, y en ella se ha de restablecer el orden social, y este ha de fundarse en un poder mental y social.

* EL POSITIVISMO Y LA FILOSOFIA.

Es aparentemente, una reflexión sobre la ciencia. Después de agotadas éstas, no queda un objeto independiente para la filosofía, sino ellas mismas; la filosofía se convierte en teoría de la ciencia. Así, la ciencia positiva adquiere unidad y conciencia de sí propia. Pero la filosofía, claro es, desaparece; y esto es lo que ocurre con el movimiento positivo del siglo XIX, que tiene muy poco que ver con la filosofía.

Pero en Comte mismo no es así. Aparte de lo que cree hacer hay lo que efectivamente hace. Y hemos visto que:

1. Es una filosofía de la historia (la ley de los tres estados).
2. Una teoría metafísica de la realidad, entendida con caracteres tan originales y tan nuevos como el ser social, histórica y relativa.
3. Una disciplina filosófica entera, la ciencia de la sociedad; hasta el punto de que la sociología, en manos de los sociólogos posteriores, no ha llegado nunca a la profundidad de visión que alcanzó en su fundador.

Este es, en definitiva, el aspecto más verdadero e interesante del positivismo, el que hace que sea realmente, a despecho de todas las apariencias y aun de todos los positivistas, filosofía.

* EL SENTIDO DEL POSITIVISMO.

Esta ciencia positiva es una disciplina de modestia; y esta es su virtud. El saber positivo se atiene humildemente a las cosas; se queda ante ellas, sin intervenir, sin saltar por encima para lanzarse a falaces juegos de ideas; ya no pide causas, sino sólo leyes. Y gracias a esta austeridad logra esas leyes; y las posee con precisión y con certeza.

Una y otra vez vuelve Comte, del modo más explícito, al problema de la historia, y la reclama como dominio propio de la filosofía positiva. En esta relación se da el carácter histórico de esta filosofía, que puede explicar el pasado entero.

etimologia

LA SIGNIFICACIÓN ETIMOLOGICA. La historia del término “filosofía” está, como la filosofía misma, llena de variaciones y precisiones. El término deriva de las palabras griegas “philos”, que significa “amor” en el sentido de “tendencia a”, y “sophía”, que significa “sabiduría”.



Al principio, a los que ahora llamamos “filósofos” se les llamó “sophos”, que quiere decir “sabios” en cuanto que eran hombres que poseían algún saber. Pero entre los mismos “sabios” se hacía una distinción entre los que estudiaban la “naturaleza” (“naturaleza” en griego se dice “Physis”), a los cuales se llamaba “físicos” o “fisiólogos”.



Aristóteles empezó a dar a la palabra “filósofo” la connotación de “estudioso”; con esto quería decir que el filósofo no era un sabio, pues no posee la sabiduría, sino sólo un “estudioso” o “examinador de la realidad”, en cuanto que buscaba la sabiduría con amor. En base a estas aclaraciones podemos afirmar que la filosofía, más que “amor a la sabiduría”, debe entenderse como una “búsqueda de la sabiduría”.



Para efectos prácticos, podemos esquematizar las diferencias planteadas de la siguiente manera:



SABIO


(Posee el saber)


Historiador

Físico o Fisiólogo

FILOSOFO

EUDITO


(Busca el saber)

(sabe mucho)








EL HOMBRE Y SU AMBIENTE. Desde que apareció el hombre sobre la superficie de la tierra, se ha dado el fenómeno del conocimiento como una de las formas de relación entre el hombre y su ambiente (la otra forma de relación es el trabajo productivo).



El fenómeno del conocimiento era, al principio, algo muy rudimentario, así como era de rudimentario el mismo hombre. Muy probablemente el hombre primitivo sólo llegaba a conocer las cosas que le rodeaban “en cuanto ambiente”, esto quiere decir que no las conocía como formando parte de un todo organizado, sino simplemente como “algo” que está ahí”, determinándolo, sin que el hombre pueda evitarlo.



Las reacciones del hombre primitivo ante ese ambiente más grande que él, más poderoso que él, anterior a él e incomprensible para él fueron variadas. Desde la actitud de domino sobre la naturaleza, sobre los animales por medio de los instrumentos, hasta la actitud de la religión primitiva que intentaba “religar” a los hombres con esas fuerzas superiores e incomprensibles (haciendo uso de una facultad del conocimiento humano; la imaginación).





Dos modos de relación hombre-ambiente


Fenómeno del conocimiento (imaginación en un extremo)


Trabajo productivo (dominio de la naturaleza)






EL HOMBRE, DOMINADOR IMPOTENTE. Si seguimos paso a paso esta evolución del conocimiento, descubriremos una serie de actitudes. Primero, el hombre se descubre como manipulador del mundo; se da cuenta de que puede efectuar cambios, para su provecho, dentro de algunos sectores del mundo que le rodea, se da cuenta de que por medio de instrumentos y de su trabajo productivo puede cazar más eficazmente, pescar mejor, construir viviendas rudimentarias, etc.



En un segundo momento, el hombre se da cuenta de que, a pesar de que domina una parte de su medio ambiente, “no es capaz de dominar” muchos otros factores de los que depende su vida material, tales como los fenómenos meteorológicos (lluvia, viento, movimientos sísmicos, etc.) o como otros aspectos de la vida humana que aparecen como incomprensibles (tales como la utilización del fuego, la autoridad, el origen del hombre, la maternidad, etc.)





Dos sectores en la vida del hombre


Sector manipulado por el trabajo


Sector que el hombre no puede dominar por el trabajo






LA TÉCNICA. Sí aceptamos que el pensamiento “empírico” (a partir de la experiencia) es la primera forma de acercamiento a la realidad, el pensamiento “mitológico” es la segunda. Paralelamente al pensamiento mitológico y fundamentado en el trabajo productivo, se fue desenvolviendo también, poco a poco, otro tipo de conocimiento que se ocupaba sobre todo de dominar al mundo: la “técnica”. Este otro modo de conocimiento “práctico” dio a los hombres una “independencia” proporcionalmente mayor respecto del medio ambiente, e incluso, llegó a destruir algunos mitos (como el del fuego).



LA CIENCIA. Esa independencia motivó, con el tiempo, el surgimiento de otra forma de pensamiento: el pensamiento “científico”. La “ciencia” fue en sus comienzos, y en gran medida lo es aún, un intento por explicarse “racionalmente” lo que es la realidad; la ciencia ha sido, y sigue siendo, una forma de descartar las explicaciones “ingenuas” o “mágicas” de la realidad, y es la apertura a la explicación “critica” de esa realidad.

El problema de la ciencia es la pregunta por “lo que es algo”, la pregunta por el “como” algo funciona. A partir de esa cuestión, la ciencia, la ciencia ha llegado a establecer las condiciones para un mejor manejo de la realidad, para una técnica más fundamentada; ahora, con la ciencia, los hombres no sólo saben manipular aspectos de la realidad, sino que también saben por qué los manipulan. Su saber no viene ya sólo del tanteo y error, sino que proviene de un “sistemático y ordenado” conocer de la realidad.

positive attitudes and self care

Positive Attitudes and Self Care


Phrases that promote positive attitudes,

• Very well, I knew you could. I'm sure you're able.

• Do not doubt your good intentions

• everyone has a high opinion of you.

• If you need anything, ask me.

• I know you did not want.

• I am very proud of you.

• Did you know? Te quiero mucho.

• I know you're good.

• I congratulate you for what you did.

• When you need me, I'll help.

• I notice that every day you're better.

• I believe in what you say.

• You know I want the best for you.

• You deserve the best.

• You can go anywhere.

• The next notes will be better.

• I missed you.

9. Self Care

9.1 Principles for Implementation (Garma 1999)

The self has some principles that should be taken into account in its promotion:

• It is an act of life that allows people to become subjects of their own actions. It is therefore a voluntary process of the person to yourself.

• Must be a philosophy of life and an individual responsibility closely linked to daily life and experiences of individuals, but in turn must be based on a system of formal and informal support as is the social system and health.

• It is a social practice that involves some degree of knowledge and development of knowledge and that leads to exchanges and inter-relationships.

9.2 Promoting self-care

For people to assume self-care as a daily practice of life and health, it is necessary to include in their promotion the following strategies:

• Develop people build self-esteem and levels of strength and empowerment (empowerment) as strategies to reverse the internalization of powerlessness, promote a sense of personal control and develop skills of personal and collective mobilization for change in personal and social conditions pro health. Furthermore, to enhance self-esteem are promoted deliberate practices of self-affirmation, self, self-recognition and self-expression aspects that favor the development.

• Involve the dialogue of knowledge, which can identify, interpret and understand the logic and dynamics of the lifeworld of people through the discovery and understanding of their rationale, sense and meaning to link it with scientific logic and reset enlightened vision of disease and health that will translate into healthy behaviors.

• Explore and understand the rifts that exist between knowledge, attitudes and practices and set up proposals for action and training to make viable the harmony between cognition and behavior.

• Health workers must take the self as an everyday experience, because when healthy living, promoting self-care would be sharing their experiences. To the extent that health personnel are living in welfare will be able to promote the health of others.

• Contextualising the self, ie a directional characteristics according to gender, ethnicity and human life cycle. It is important to understand that each person has a life history, values, beliefs, learning and different motivations.

• Build participatory processes promoting self-care should include more active and informed participation of people in their own health care perceived their participation as the process by which the community takes as its own self-care and the environment that around it, leading to increasing awareness and control the degree of mutual commitment on their health of the people who provide health services and those who receive it.

• Self-care means learning to participate in society, its dynamics, its characteristics and specific conditions in a given time, and take positions on social demands. The knowledge learned through socialization underpin everyday thinking, the development of alternatives, motivations, actions and decisions of daily living.

competencia prsonal

Sentido de Competencia Personal.

Es la convicción de que se está lo suficientemente capacitado y preparado para poder hacer frente a cualquier situación que se nos presente aunque sea imprevista. Es la convicción de que, aunque no se conozcan todas las respuestas, uno puede buscarlas y encontrarlas. Es una <> que se consigue de los propios conocimientos y experiencias positivas.

la persona adquiere este sentimiento de poder cuando aprende a resolver él solo el mayor número de problemas y conflictos que se le presenten. Es la consecuencia de tomar decisiones que le lleven a resultados satisfactorios, de averiguar dónde encontrar los recursos que necesita, de aprender a utilizarlos, de cómo conseguir las necesarias informaciones y de cómo hacer buen uso de ellas.

Hay que tener cuidado de no proteger demasiado a los niños en situaciones conflictivas. Hay que animarlos a enfrentarse a riesgos razonables y a superarse a sí mismos. De los padres depende muy a menudo que los niños consigan hacerse independientes lo antes posible.

Un camino desafortunado muy usual es el de no preocuparse o no tomar interés en lo que hace el niño y abandonarlo a su propia iniciativa; otro es el de sobre protegerlo demasiado, sin hacerlo sentir el necesario afecto, apoyo moral, reconocimiento y feedback que le permitan enfrentarse a posibles errores como parte del aprendizaje en lugar de considerarlos como fracasos.

Una gran parte de los niños, los más débiles, renuncian y pierden interés. Otros los más dotados, llegan a motivarse aunque desarrollen un sistema de supervivencia desde la separación y la renuncia a la colaboración y apoyo de los demás.

Un tercer camino, igualmente negativo, es el de pretender de los niños objetivos y tareas que desbordan su capacidad. A menudo los padres que tienen estas exigencias ni siquiera están disponibles para ayudar a sus hijos en el cumplimiento de estos objetivos.

Hay un camino que permite el pleno desarrollo de la competencia, seguridad, motivación, y auto-concepto del niño. También en este caso hay varios caminos para los padres. Uno es el alentarle haciéndole ver que está capacitado para aprender y actuar de la forma correcta si se lo propone. Le apoyan, le dan retro-alimentación y le animan .

El niño se siente capaz e independiente pero sabe que si pide apoyo de sus padres, ellos están dispuestos a ayudarle en cualquier momento que se lo pida.

Aprender a pedir es otro factor de crecimiento. Es necesario saber decir no, si pensamos que es lo mejor para el niño. Si se da el caso, hay que hacerlo de forma abierta y alegar razones concretas con un diálogo para que él lo comprenda. Así el niño comprueba el apoyo y confianza en él y en sus capacidades por parte de los padres.

Una vez que el niño haya terminado la tarea, es importante comprobar que está terminada y bien, y reconocer el esfuerzo, la buena voluntad y la habilidad demostradas; siempre hay algún detalle en el que poder centrarse para hacer este esfuerzo más efectivo.

Como consecuencia el niño se sentirá orgulloso por el trabajo bien hecho. Reconocerá el valor de terminar una tarea. Todo esto le causará:

• Un auto-concepto más positivo.

• Motivación para ponerse nuevos objetivos ya que se ha dado cuenta de que está en condición de enfrentarse y solucionar problemas.

• La capacidad de reconocer y utilizar los medios y recursos a disposición, de una forma más efectiva.

• Tener una nueva prueba de que tiene el apoyo moral y la confianza de los padres cuando los necesite.

• Una mayor seguridad en sí mismo como persona y como miembro del grupo al que pertenece.

• Un buen desarrollo de su sentido de competencia personal y se sentirá motivado a volver a empezar cada día el proceso, sin miedo de fallar. Ya que ha sido capaz de resolver un problema, fallar en una segunda ocasión no sería tan amenazador para su propio auto-concepto y menos todavía en lo sucesivo.