domingo, 30 de mayo de 2010

presentacion

Si usted organiza una fiesta o reunión, como buen anfitrión debe procurar presentar entre sí a los invitados. También, si coincide usted con dos amigos que no se conocen entre sí, debe proceder igualmente a presentarlos.

¿Cómo se realizan las presentaciones?

Hay una regla básica que debe tener siempre presente: la persona menos importante se presenta a la más importante, por tanto:

*
El joven debe ser presentado a la persona de mayor edad.

*
El hombre debe ser presentado a la mujer.

*
El subordinado debe ser presentado al jefe.

*
La persona de menor categoría profesional o social debe ser presentada a la de mayor categoría.

*
La familia debe ser presentada a un tercero.

Basta con indicar el nombre y apellido de la persona presentada. Si la presentación se realiza en una reunión o fiesta sería aconsejable dar alguna información sobre las personas presentadas, a efecto de facilitar que pueda surgir entre ellos algún tema de conversación:

Ejemplo: Te presento a Emilio de la Puerta, abogado y gran amante de la pintura. Por cierto, acaba de regresar de un viaje por Argentina.

Pero con moderación:

Ejemplo a evitar: Te presento a Emilio de la Puerta, hombre de honor, amigo de sus amigos, estudiante destacado que curso la carrera de abogacía con premio extraordinario. Esposo amado y padre de familia ejemplar. Modelo de rectitud y de decoro, ciudadano cumplidor, que paga sus impuestos.

Si usted está sentado y le presentan una persona debe levantarse en señal de respeto. Sólo la mujer puede seguir sentada, aunque debería también levantarse si le presentaran a una señora de mayor edad o a un señor de elevada posición social.

Si usted organiza una fiesta de pocos invitados su obligación es presentarlos a todos. Si los invitados son numerosos, no estará obligado a presentarlos a todos, pero sí debe vigilar que ninguno de ellos deambule por la fiesta como "alma en pena", tratando de incorporarlo a algún grupo.

La autopresentación es aceptable en algunos casos. Así, si asistiera a una fiesta y no fuera presentado, puede recurrir a autopresentarse: diga su nombre y apellido, añadiendo algo del estilo de "tenía muchas ganas de conocerle", o "me han hablado mucho de usted".

lunes, 24 de mayo de 2010

tiempo

El autor Carl Heyel se plantea la interrogante anterior, y establece que “el tiempo, o más propiamente la falta de tiempo, aparece como uno de los problemas más acuciantes de la dirección, según los resultados obtenidos en diversos estudios realizados entre personas que desempeñan puestos ejecutivos de responsabilidad”.



En realidad este es uno de los problemas que más aquejan a nuestra sociedad, ya sea que nos desempeñemos como empleados en una fábrica, en una oficina, amas de casa, estudiantes, etc. No importa la profesión que realicemos, siempre nos aqueja la llamada “falta de tiempo”. Y de este “mal” padecemos todos aquellos que no podemos organizar adecuadamente nuestro tiempo, un tiempo que en lugar de gastarlo, debemos invertirlo para obtener un máximo beneficio y réditos con creces.



Heyel plantea el siguiente ejemplo: “en la vida actual de negocios es paradójico que al elevarse el rendimiento por trabajador mediante las técnicas de mecanización y automatización que se desarrollan sin cesar, con la consiguiente reducción en la semana de trabajo del operario y la multiplicación de beneficios adicionales, las horas de los jefes de apartamento y directivos (contando el trabajo que se llevan a casa en la cartera) muestran una tendencia inexorable a subir en espiral”.

Tal parece que la modernidad nos provoca que el tiempo sea más “estrecho” en lugar de más “holgado”.



Otro punto importante con relación a la “falta de tiempo” es su inexorable relación con el “dinero”. Los autores Stalk y Hout establecen que el tiempo y el dinero están inseparablemente ligados. Uno de los slogans más conocidos y más antiguos del comercio es el de Benjamín Franklin, “El tiempo es dinero”. Entonces Stalk y Hout se preguntan “si el tiempo es dinero, ¿por qué no hablan y actúan los directivos de forma consecuente? Casi ninguna de las memorias de las 500 empresa de Fortune resalta la importancia del tiempo. Tampoco las compañías de servicio suelen asociar el tiempo con la rentabilidad”.

No hay que olvidar que los beneficios se logran maximizando el producto obtenido por unidad de factores productivos empleada, y el “tiempo” es uno de esos factores. Un ejemplo típico es el del primer competidor industrial que se basó en el tiempo, Ford Motor Company, y ya ustedes saben todo lo que sucedió después!.



No todo puede hacerse ahora...

K. Gleeson destaca que “después de repetir hasta el cansancio que hay que hacerlo ahora, déjenme decirles que no siempre es posible o deseable hacerlo todo ahora. Trata de llamar a María pero no regresa hasta el lunes. Se dirige a tomarse una taza de café pero le llama un cliente. Está claro que las prioridades juegan un papel importante en el trabajo productivo y en lograr buenos resultados”.

En nuestro quehacer diario siempre tenemos actividades importantes y actividades urgentes, y siempre estamos corriendo tratando de realizar lo “urgente” olvidando lo realmente “importante”. En consecuencia, no trate de hacer todo a la vez, sino mas bien desarrolle su trabajo en forma organizada. Más adelante se le brindan algunos consejos al respecto.



¿Quiere abarcar demasiado?...

C. Heyel realiza la siguiente pregunta: ¿Estoy tratando de abarcar personalmente demasiado terreno? O por el contrario, ¿no mantengo un contacto personal bastante estrecho con los diversos centros de acción? Es obvio que la falta puede estar en cualquiera de los dos lados, y debemos ser capaces de detectar el problema para saber atacarlo desde su “raíz”.



A este respecto Heyel apunta diciendo que “si su estimación objetiva muestra una notable divergencia (como seguramente ocurrirá) entre el tiempo invertido realmente y el que desearía invertir, lo que procede hacer consistirá, naturalmente, en ver dónde le aprieta más el zapato, por qué le aprieta y qué puede hacerse para aflojarlo. El plan de ataque consiste en hacer una serie de preguntas de hondo calado, que siguieran probables líneas de acción”.

domingo, 23 de mayo de 2010

organizacion de la reunion

Organización de la reunión.

El autor Charles P. McCormick lo explica de la siguiente manera: “La organización de un comité es un reconocimiento formal de la naturaleza cooperativa de la acción administrativa y de la asociación personal en el desarrollo del equipo de trabajo. El equipo de trabajo se logra por la integración de individuos en lo que los sociólogos han llamado grupos primarios con propósito y sentimientos comunes. Estos grupos emanan de la interacción cara-a-cara, con otros sobre un periodo de tiempo. La satisfacción social de tales asociaciones tienen un significado motivacional y las sanciones del grupo pueden ayudar a obtener un propósito común. Los resultados del grupo, más bien que la competencia individual, son promovidos. Como lo declaró un ejecutivo, el sistema de comité alienta al pensamiento cooperativo y hace ceder la tendencia natural para buscar el reconocimiento y la promoción mediante los esfuerzos individuales. Es otra herramienta en la emancipación del hombre de la tiranía de su propio ego”.

Como bien lo explica McCormick, en un Comité (o en una reunión), debe existir el trabajo cooperativo, ya que sería imposible que una misma persona “repique las campanas, de la misa y recoja la limosna” .

Una vez establecida la nómina de los participantes en la reunión, se debe establecer la estructura organizativa de la misma. Es complicado que una sola persona se haga responsable del contenido o tema de la reunión, del proceso de socialización y que también lleve el registro y control de las ideas, comentarios u observaciones, etc., por ello es importante que éstas funciones recaigan en varias personas.

Básicamente, en una reunión deben establecerse los siguientes roles:

• Presidente o Director de la reunión (líder).

• Moderador de los debates de la reunión

• Secretario (redactor).

• Asistente de Logística (opcional)



Brevemente analicemos cada uno de los roles antes descritos:

Del moderador de la reunión.

Existen algunas pautas que un moderador debe seguir. A continuación se las detallamos:

• Debe ser neutral porque está al servicio de todo el grupo.

• No valora las ideas debatidas y tampoco impone sus propias ideas o las vertidas en la discusión.

• Encauza el empuje del grupo hacia un fin común.

• Plantea métodos de trabajo o diversos proces os para avivar el transcurso de los debates.

• Alienta a los miembros a trabajar unidos.

• Anula a los individuos agresivos e impide las agresiones personales.

• Vigila el desarrollo de la reunión y previene los mecanis­ mos para que marche a cabalidad.

• Asiste a los participantes y los invita a la toma de decisiones.



Un buen secretario.

El secretario de la reunión se convierte en la memoria del grupo a partir de las intervenciones de los participantes y del registro que él realiza de la reunión.

Su tarea consiste en conservar cuanto ocurre y se dice en la reunión y tener esa información a disposición de quienes quieran saber lo que sucedió en la junta. El que un grupo tenga secretario para tomar notas presenta numerosas ventajas:

• Hace que los asistentes se centralicen en el tema específico .

• Brinda a los participantes la perspectiva de recapitular los contenidos y métodos de trabajo utilizados en la sesión .

• Evita faltas y duplicaciones a corto y largo plazo, pues es fácil olvidar lo que se hizo o dijo en sesiones pasadas.

• Brinda la ocasión de cavilar sobre las aseveraciones y proposiciones anteriores, sobre las situaciones bue­na s y malas que ocurrieron en la reunión.

• Salva al grupo tomar apuntes mientras ocurre un debate, aun­ que eso no impide que varios participantes tomen notas por su cuenta .

• Otorga crédito de todo lo que se dijo en la sesión.

• Permite comprobar si todas las mociones han sido apuntadas .

• Ahorra las reiteraciones y los asuntos.

• Las actas que redacta pueden ser usadas más tarde, o en otras oca­ siones, por otros grupos que necesiten reseñas.

• También los datos apuntados tienen la utilidad de interesar para otros fines: gráficos, croquis, diagramas, esquemas, etc.

• El escrito es una prueba indudable de la faena desarrollada por un grupo en particular.

• Ayuda a las personas que llegan tarde a retomar el hilo de la sesión y a entender lo que ocurrió en su ausencia.

• Posibilita la detección de lagunas, las líneas de fuerza, las pausas o desvíos y el camino recorrido, para poder tomar acciones correctivas en futuras sesiones.

• Resulta poco costoso y brinda muchos beneficios, y se encuentra al alcance de todos los grupos que buscan efectividad.

Entre los requisitos que debe reunir una persona para que funja como secretario se encuentran los siguientes:

• Siempre y cuando su escritura sea asequible.

• Debe tener la capacidad de escribir aceleradamente y buena escritura.

• Cuando la caligrafía de una persona sea de difícil lectura, es mejor declinar al puesto de secretario.

• Un buen secretario entiende el lenguaje técnico y maneja muy bien los ordenadores.

• Si no se poseen habilidades congénitas, verbigracia, un secretario debe poseer algo de periodista, debe desistir y dejar a otros esa labor.

El secretario debe estar atento al desarrollo mismo de la reunión, y sobre todo estar pendiente a la hora de tomar notas. He aquí algunos consejos para ello:

• No se puede apuntar todo en sus detalles más mínimos.

• Cuando un miembro de la reunión se atasca con las palabras y no se expresa con soltura, no deben suplirse sus falencias.

• Reinventa una técnica propia de frases cortas y palabras claves. Utiliza abreviaturas. Ello te será de utilidad.

• Mantén fresco en la memoria todo aquello que no llegues a escribir.

• Al momento de tomar nota, las faltas de ortografía no deben ser la prioridad.

• Recalca las ideas substanciales, las resoluciones y los resultados , así como los acuerdos tomados.

• Utiliza símbolos como asteriscos, flechas y cifras.

• Las página que utilices para tomar nota es preferible que las numeres, de esta forma las tendrás ordenadas al momento de redactar el informe de la reunión.


En realidad, el secretario tiene un sitio privilegiado como observador imparcial de la reunión, pues establece cuál ha sido la dinámica del grupo y el ritmo de la sesión. Forma un auténtico dúo con el moderador y le auxilia en su tarea sin intervenir nunca directamente con los asistentes

sábado, 22 de mayo de 2010

fase de desarrollo de la reunion

Fase de desarrollo de la reunión.

La primera cosa a hacer cuando han llegado los participantes, es ayudarles a que se encuentren muy cómodos. Debe evitarse ante todo tener una actitud altiva. También, si el caso lo permite, puede mantenerse con algunos de los participantes conversaciones particulares antes de comenzar la reunión.

Una vez entablada la discusión, corresponde al moderador el procurar que se desenvuelva o camine hacia el propósito preestablecido con la velocidad idónea; para desempeñar esta misión dispone de un elemento muy importante, cuyas sutilezas y estrategias debe conocer, nos referimos a las “preguntas”. Aquí encontramos que las preguntas se dividen en dos grandes grupos:

• Las preguntas dilema, que exigen una respuesta con un “si” o un “no” y que deben evitarse en la medida de lo posible.

• Las preguntas circunstanciales, que comienzan con: qué, por qué, cuándo, cómo, dónde, quién, etc., y su uso es mucho más interesante por cuanto obliga a una intervención positiva del participante.

En esta etapa, encontramos que el moderador de la reunión desempeña en todo instante, tres grupos de funciones básicas, a saber: clarificación, control y facilitación.

También se conoce que un grupo de acción vive simultáneamente en tres niveles: de contenido (actividades, trabajos, etc.), de procedimientos (organización de los recursos) y de sentimiento entre los integrantes (relaciones socio-emotivas).

Aun cuando estás tres instancias de relación ocurren permanentemente, cada grupo, según el momento y la necesidad, estará mas centralizado en alguna de ellas que en las otras dos, y el moderador debe estar consciente de cada uno de estos aspectos señalados.

A cada uno de los niveles mencionados corresponde un grupo de tareas específicas que debe desempeñar el moderador.

El moderador ayuda a clarificar.

Al nivel de contenido (actividades, tareas, trabajo) corresponde la función de clarificación. Esta función se desglosa en las siguientes:

• Definición: de los propósitos, de expresiones oscuras, etc.

• Reformulación: consiste en re-expresar una afirmación con otras palabras, parafrasear lo dicho o mencionado.

• Hacer el puente: articular las partes, vincular el tema tratado, realizar analogías, etc.

• Resumen: sintetizar oportunamente lo manifestado por el pleno.

El moderador ayuda a controlar.

Esto ocurre a nivel de procedimiento, y puede dividirse en las siguientes funciones:

• Estimular: el moderador fomenta la participación de todo el grupo.

• Suspender: evita que uno de los participantes o un grupo menor de participantes domine la reunión; evita que hablen demasiado.

• Recordatorio del tiempo: el moderador hace conciencia del tiempo disponible y la distribución del mismo.

• Dar la palabra: conduce el flujo de las intervenciones de los asistentes.

No hace falta recordar que una de las principales condiciones para el éxito de la reunión es que cada miembro haya participado activamente en la discusión. Cuando en la reunión tenemos personas tímidas que no emiten ninguna opinión, un consejo que siempre funciona es preguntarles directamente qué opinan del tema tratado, podemos lanzar una pregunta así: todavía no hemos escuchado la opinión de los señores del fondo, ¿qué dicen a esto?.

Aunado a lo anterior, el moderador, durante todo el tiempo que dure la sesión, no deberá de cesar de tener presente en la mente esta pregunta: ¿ seguimos dentro de la temática ?

Suele suceder que el grupo se aparte claramente del tema, que antes de iniciar la reunión había sido cuidadosamente delimitado. Entonces se puede hacer volver al grupo por el buen camino de las siguientes maneras:

• Directamente , haciendo la observación que la discusión se encuentra mal encaminada (aunque esta forma se desaconseja por el impacto que pueda tener en el grupo);

• Indirectamente , que es la que los autores recomiendan. Verbigracia, se puede plantear una interrogante cuya respuesta haga volver al grupo automáticamente al tema.

Con respecto al orden (temperatura), se evitará realizar demasiadas llamadas al orden, ya que son desagradables y coartan la libertad de expresión. En todo caso, lo que cuenta es el objetivo final y la forma de llegar a él es cosa bastante secundaria.

Una de las tareas esenciales del moderador es regular convenientemente la velocidad del curso de la discusión. Para acelerar o retardar el ritmo, el moderador puede obrar directamente, ya sea haciendo preguntas que lleven al grupo a detenerse en un detalle pasado por alto, o por el contrario, que ayudan a hacer progresar el debate, como citando ejemplos o casos, que juegan un papel análogo.

El moderador ayuda a facilitar.

De aquí que algunos autores denominen al moderador como “facilitador”. Esto ocurre en el nivel socio-emotivo o socio-afectivo. Los subroles pueden dividirse así:

• Acogimiento : de los individuos, de sus participaciones y aportes.

• Relajación : a través de la evasión de tensiones inútiles.

• Objetivación : diferenciar entre las cargas emotivas y las argumentaciones.

• Verbalización : En momentos de tensión es interesante que las personas expresen oralmente lo que sienten. Las emociones verbalizadas son más faciles de controlar.

Ocurren en ocasiones, dentro de una reunión, discusiones incluso dentro del tema, pero que no llevan a ninguna parte, ya sea porque su carácter es eminentemente teórico y no tiene ninguna influencia sobre las decisiones prácticas de la reunión, o porque plantean situaciones de principio cuya resolución sobrepasa el marco de posibilidades de los reunidos, etc. En estos casos, el moderador debe cortar los debates inútiles, y enfocarse en los resultados a que se espera llegar con la reunión que el grupo sostiene.

Otro aspecto importante que todo moderador debe tomar en cuenta para ir llegando a las conclusiones son los siguientes:

• Puntos de acuerdo : lo primero que debemos hacer, y lo más importante, es buscar en una discusión, por muy acalorada que se encuentre, el mínimo sobre el cual los participantes están de acuerdo. Le corresponde al moderador subrayarlos, y para que nadie los ignore escribirlos en un lugar visible dentro de la sala en donde se sesiona.

• Puntos en desacuerdo : El moderador se encontrará bastante a menudo ante opiniones discordantes e incluso del todo opuestas. No se trata de disimular las diferencias de opinión para hacer prevalecer la unanimidad cuyo carácter disfrazado no dejaría de saltar a la vista, sino muy al contrario, se trata de recalcarlas, ya que son el propio nutriente de la comprensión humana.

• Búsqueda de la mayoría : la opinión del grupo es, en general, la de la mayoría de sus miembros; se trata pues, de detectar la opinión del mayor número de ellos. Para hacer esto, en casi todos los casos, una sutil oración como “la generalidad de ustedes piensa, pues, que... etc.”, será buena en esta situación.



¿Cuándo suspender una reunión?

Existen diversos motivos y situaciones por las cuales se puede suspender una reunión. A continuación se detallan algunos de ellos:

• Cuando el pleno decide que necesita tener más información al respecto para tomar la mejor decisión.

• Cuando existen demasiadas discusiones entre los participantes, se muestra que se necesitan más puntos de vista e información adicional, especialmente de quiénes no se encuentran presentes.

• El tiempo asignado a la reunión ha caducado, y se requiere de más tiempo para concluir sobre algún aspecto y tomar las decisiones del caso.

• Cuando los asistentes no logran ponerse de acuerdo.

• Cuando se requiere reflexionar sobre algún punto en particular, y se requiere hacer una pausa para ello.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Jesús Adrían Romero y Marcela Gándara - Tú Estas Aquí

el hombre y su ambiente

LA SIGNIFICACIÓN ETIMOLOGICA. La historia del término “filosofía” está, como la filosofía misma, llena de variaciones y precisiones. El término deriva de las palabras griegas “philos”, que significa “amor” en el sentido de “tendencia a”, y “sophía”, que significa “sabiduría”.



Al principio, a los que ahora llamamos “filósofos” se les llamó “sophos”, que quiere decir “sabios” en cuanto que eran hombres que poseían algún saber. Pero entre los mismos “sabios” se hacía una distinción entre los que estudiaban la “naturaleza” (“naturaleza” en griego se dice “Physis”), a los cuales se llamaba “físicos” o “fisiólogos”.



Aristóteles empezó a dar a la palabra “filósofo” la connotación de “estudioso”; con esto quería decir que el filósofo no era un sabio, pues no posee la sabiduría, sino sólo un “estudioso” o “examinador de la realidad”, en cuanto que buscaba la sabiduría con amor. En base a estas aclaraciones podemos afirmar que la filosofía, más que “amor a la sabiduría”, debe entenderse como una “búsqueda de la sabiduría”.



Para efectos prácticos, podemos esquematizar las diferencias planteadas de la siguiente manera:



SABIO


(Posee el saber)


Historiador

Físico o Fisiólogo

FILOSOFO

EUDITO


(Busca el saber)

(sabe mucho)








EL HOMBRE Y SU AMBIENTE. Desde que apareció el hombre sobre la superficie de la tierra, se ha dado el fenómeno del conocimiento como una de las formas de relación entre el hombre y su ambiente (la otra forma de relación es el trabajo productivo).



El fenómeno del conocimiento era, al principio, algo muy rudimentario, así como era de rudimentario el mismo hombre. Muy probablemente el hombre primitivo sólo llegaba a conocer las cosas que le rodeaban “en cuanto ambiente”, esto quiere decir que no las conocía como formando parte de un todo organizado, sino simplemente como “algo” que está ahí”, determinándolo, sin que el hombre pueda evitarlo.



Las reacciones del hombre primitivo ante ese ambiente más grande que él, más poderoso que él, anterior a él e incomprensible para él fueron variadas. Desde la actitud de domino sobre la naturaleza, sobre los animales por medio de los instrumentos, hasta la actitud de la religión primitiva que intentaba “religar” a los hombres con esas fuerzas superiores e incomprensibles (haciendo uso de una facultad del conocimiento humano; la imaginación).





Dos modos de relación hombre-ambiente


Fenómeno del conocimiento (imaginación en un extremo)


Trabajo productivo (dominio de la naturaleza)






EL HOMBRE, DOMINADOR IMPOTENTE. Si seguimos paso a paso esta evolución del conocimiento, descubriremos una serie de actitudes. Primero, el hombre se descubre como manipulador del mundo; se da cuenta de que puede efectuar cambios, para su provecho, dentro de algunos sectores del mundo que le rodea, se da cuenta de que por medio de instrumentos y de su trabajo productivo puede cazar más eficazmente, pescar mejor, construir viviendas rudimentarias, etc.



En un segundo momento, el hombre se da cuenta de que, a pesar de que domina una parte de su medio ambiente, “no es capaz de dominar” muchos otros factores de los que depende su vida material, tales como los fenómenos meteorológicos (lluvia, viento, movimientos sísmicos, etc.) o como otros aspectos de la vida humana que aparecen como incomprensibles (tales como la utilización del fuego, la autoridad, el origen del hombre, la maternidad, etc.)





Dos sectores en la vida del hombre


Sector manipulado por el trabajo


Sector que el hombre no puede dominar por el trabajo






LA TÉCNICA. Sí aceptamos que el pensamiento “empírico” (a partir de la experiencia) es la primera forma de acercamiento a la realidad, el pensamiento “mitológico” es la segunda. Paralelamente al pensamiento mitológico y fundamentado en el trabajo productivo, se fue desenvolviendo también, poco a poco, otro tipo de conocimiento que se ocupaba sobre todo de dominar al mundo: la “técnica”. Este otro modo de conocimiento “práctico” dio a los hombres una “independencia” proporcionalmente mayor respecto del medio ambiente, e incluso, llegó a destruir algunos mitos (como el del fuego).



LA CIENCIA. Esa independencia motivó, con el tiempo, el surgimiento de otra forma de pensamiento: el pensamiento “científico”. La “ciencia” fue en sus comienzos, y en gran medida lo es aún, un intento por explicarse “racionalmente” lo que es la realidad; la ciencia ha sido, y sigue siendo, una forma de descartar las explicaciones “ingenuas” o “mágicas” de la realidad, y es la apertura a la explicación “critica” de esa realidad.

El problema de la ciencia es la pregunta por “lo que es algo”, la pregunta por el “como” algo funciona. A partir de esa cuestión, la ciencia, la ciencia ha llegado a establecer las condiciones para un mejor manejo de la realidad, para una técnica más fundamentada; ahora, con la ciencia, los hombres no sólo saben manipular aspectos de la realidad, sino que también saben por qué los manipulan. Su saber no viene ya sólo del tanteo y error, sino que proviene de un “sistemático y ordenado” conocer de la realidad.

domingo, 16 de mayo de 2010

reuniones

En la actualidad, cuando el trabajo en equipo es prioritario para el éxito empresarial, las personas deben reunirse con mucha frecuencia.
En la práctica, resulta difícil determinar el tiempo que un empleado, unidad u organización debe emplear en reuniones. Todo depende del trabajo que se esté llevando a cabo. Pero en cambio, si es posible determinar la necesidad de la reunión o si ya se han conseguido los objetivos previstos.
¿Para qué son útiles las reuniones?

Un reunión mal organizada no tiene mayor uso que la pérdida del tiempo que provoca a los asistentes.

No siempre se pueden evitar reuniones estériles y aburri­ das, y no siempre es fácil trabajar en grupo. Pero resulta que:

* Las reuniones brindan la oportunidad de acceder a información muy importante.
* La relación “cara a cara” de las reuniones permite un rápido convencimiento y una excelente venta de ideas, algo que no se logra a través delos escritos.
* Las reuniones permiten el libre flujo y circulación de ideas.
* Pueden aclararse dudas al instante, en el mismo momento en que se realiza la reunión.
* El trabajo en equipo facilita encontrar fácilmente soluciones a las problemáticas planteadas.
* Una reunión es la forma más efectiva de lograr la interacción y el compromiso de personas hacia una meta determinada.

Objetivos de las reuniones.

En el caso de las reuniones debe establecerse de manera clara y específica, y por escrito, el propósito de la reunión; qué es lo que se espera lograr, o a dónde se quiere llegar. Si no se tiene claro el objetivo de la reunión, este debe precisarse, ya que cualquier reunión que se desarrolle sin tener claro lo antedicho, lo más inequívoco es que resulte desordenada, vaga y frustrante.

Si se tiene un propósito prefijado, lo más indudable es que ya se tenga establecido el motivo y si es posible el mote de la reunión, el cual de alguna forma habrá de decir a todos los implicados qué se pretende tratar y qué persigue la sesión.
Las reuniones en el quehacer diario.

Una reunión, en pocas palabras, es agrupar en un principio lo que está disperso, para exponer y debatir diferentes temas.

Agrupa, entonces, a personas que puede estar contrapuestas debido a su educación, los gustos y preferencias, el temperamento o las aspiraciones, etc. Hace presentes a individuos, clanes, oportunistas, intrusos, personas profundamente imbuidas en su misión y también a perfectos hastiados.

Debido a la variedad y presencia de diferentes grupos activos y dinámicos ya no permiten las decisiones arbitrarias y unilaterales. Por intermedio de reuniones, seminarios y consultas se llega a conciliar lo que parecía irreconciliable al comienzo. Las reuniones sirven de catalizadores y de detonadores: cumplen, pues, un papel social indispensable, ya que nos permi­ te todos expresarnos democráticamente en un marco amplio o estrecho.

martes, 4 de mayo de 2010

mario

metafisica

Es necesario también resaltar que existe una palabra que forma parte del lenguaje común en la búsqueda de la definición de substancia, siendo ella el centro de toda indagación metafísica y ontológica. Ella es "ser", la cual se puede entender de dos maneras.1. Ser infinitivo y el ser como sustantivo. Como verbo significa el hecho de que una cosa sea y como sustantivo algunas de las cosas que decimos que son, aquello que es real. Cuando nos referimos a la noción de el ser, ésta es compleja, involucra por un lado un sujeto, un algo que es, y por otro lado un acto de ser. En las nociones de substancia tanto aristotélico – tomista y la cartesiana, el término ser juega un papel muy importante en la definición de substancia, comprendida como esencia o cosa en sí misma. Cuando se habla del verbo ser hay dos acepciones que debemos tener en cuenta. 1. La óntica, que señala la actualidad de algo que es, ( el pienso, es) remite a la actualidad de algo. 2. La nominal, en el caso de un juicio ( el pienso, es blanco) dentro del verbo su función es de copula entre algo y una cualidad.

Dentro de la acepción óntica, en este sentido podemos decir que el ser como sustantivo en tanto señala el acto existencial de ese algo. El verbo se vincula con el sustantivo como aquello que le da ser. Pero se puede pensar a la inversa, ser es ser en su ser. Un ser que puede ser real o posible(entendimiento posible como algo que no es todavía, o como algo que es todavía, o como algo que ya fue). Y en ese caso puedo pensar en un algo como separado de su ser. Volviendo a la función óntica, se puede pensar en "existir". Ser que de con función meramente copulativa, que está estrechamente vinculada a un ejercicio mental. La substancia nace de la pregunta por el ser y ese ser viene dado por la existencia. Etimológicamente, existir deriva del latín ex sistere, status, estar colocado, sostenerse. De manera que existir significa algo que se mantiene a sí mismo, que subsiste en cuanto a derivado de otro. Aquí surge una de esas guías que da al pensamiento pautas para acercarse a la substancia. Se resalta que frente al verbo ser, hay un desplazamiento de lo óntico a lo copulativo. Para recuperar la carga óntica se crea otro verbo, existir. Existir no es exactamente ser, pero se relaciona con las cosas que son y tienen una causa, el modo de ser de lo que deviene de otro, de las cosas que están inmersas en el devenir y el tiempo. Es conveniente hacer notar que el verbo existir se hace presente, eso implica un cambio radical en la perspectiva. No cabe ninguna duda en que lo pensado es, el verbo existir es el trascendente, está instalado al hombre como centro de lo que es y lo que existe. Lo que existe es lo que está fuera del hombre, y eso es lo que caracteriza el idealismo, en cambio en el realismo, el hombre pone el existir, no lo crea. Lo que pretendo demostrar con esta introducción es que el acercamiento a la definición de substancia tiene que ver mucho con estos dos elemento de la ontología, que en palabras de Aristóteles son de la Filosofía primera. En este estadio juega un papel muy importante la esencia, ousía, que desde Platón, es lo que designa en primer término el ser. En Platón las ideas son ousías. Es en la modernidad que la esencia se piensa de la manera que la hemos visto, lo que hace que la cosa sea lo que es. La esencia pasa de tener connotación óntica a puramente formal, que es la esencia independiente de la existencia. La esencia pasa a ser el elemento inteligible de lo que es: el ser se adscribe a varias significaciones:

El ser, el acto formal de ser.

El ser, ente, existencia.

El ser, referido a Dios.

Los pensamientos requieren de algo que constata su existencia. Donde si puedo conseguir su existencia, hago ontología, sino acceso del fenómeno a la existencia.

Y es dentro de está existencia que se presenta la substancia, como aquello que es. De profundizar más en este ámbito, haría una reflexión ontológica y esa no es la pretensión de esta introducción. En la visión tradición el ser es igual a la substancia y ella desemboca en el uno (DIOS). Para el paradigma Aristotélico – tomista, Dios es el creador de la substancias. Las metodologías usadas, tanto la de Descartes como de la tradición Aristotélico – tomista , parten de distintas preguntas , para llegar a la definición de substancia, en la tradición se va de las creaturas a Dios y en Descartes de Dios a las creaturas. La tradición parte de lo fenomenológico, de lo empírico para llegar a la substancia, Descartes en cambio parte de la res pensante, no se fía de lo empírico de lo fenomenológico, y llega a la substancia desde el pensamiento, del acto del cual no puede dudar. Tanto en la tradición ( Aristotélico – tomista ) como en el pensamiento cartesiano , existe una de las nociones de substancia, donde ambas corrientes convergen, que es en la idea de una substancia eterna que es Dios.

DEFINICIÓN DE LA NOCIÓN SUBSTANCIA EN SANTO TOMÁS DE AQUINO, COMO LA DEFINICIÓN DE LA TRADICCIÓN ARISTOTÉLICO – TOMISTA.

En esta aproximación a la definición de substancia en Santo Tomás de Aquino, lo que se pretende es poder tener una comprensión de lo que él entiende por substancia en cuanto a lo que es.

En Santo Tomás existen dos tipos de substancias, la substancia infinita que es Dios y las substancias corpóreas. Donde el primer grado de seres lo constituyen las substancias corpóreas, compuestas de un doble principio, materia y forma, las cuales corresponden al scibile propio de lo que los antiguos denominaban con el nombre genérico de Física.

Para encontrar la definición de substancia en Santo Tomás, se indago en su ontología, dentro de la estructura del ente en el apartado del ente y la esencia. Para comprender la substancia en Santo Tomás, primero se tiene que conocer a que el llama ente y esencia. Se llama ente (ens) a lo que participa del acto de ser ( esse) de una manera determinada ( In de causis, 7). Puesto que ente designa propiamente que algo es en acto, y puesto que acto dice propiamente relación a potencia, algo se dice simplemente ente en cuanto se distingue de lo que sólo es en potencia. Esto sucede con el ser (esse) substancial de cada uno de los entes, y por eso en atención a su ser substancial les llamamos simplemente entes ( S.Tomás., 1, q.5, a. 1, ad 1).

La palabra ente, impuesta por el acto de ser, tiene la misma significación, que el nombre impuesto por la esencia ( In IV Metaph)., 2). Ente se toma del acto de ser ( ad actu essendi), mientras que el nombre de cosa (res) expresa la quididad o esencia del ente ( De Veritate, q. 1, a. 1 c.). Una cosa es inteligible por su definición y por su esencia. La palabra quididad (quidditas) expresa lo significado por la definición. La palabra esencia designa aquello en lo cual y por lo cual el ente tiene su acto de ser (esse) (Del ente et essentia, c. 1). La esencia es lo que significa por la definición de la cosa. La esencia es aquello según lo cual la cosa tiene el acto de ser ( esse) ( Del ente et esencia, c 2).

El ser (esse) y la sustancia, están unidas por la existencia. La palabra substancia no significa solamente acto de ser por sí (esse per se), porque el acto de ser (esse) no puede ser género, como se ha probado, sino que significa. " La esencia a la que conviene ser por sí". , el cual ser ( acto de ser: esse) no es su esencia ( Santo Tomás., 1, q.3, a. 5 ad 1).

La composición de substancia y acto de ser (esse) no es del mismo orden que la de materia y forma, aunque en ambos caso la relación sea de potencia a acto. Primero, porque la materia no es la substancia misma de la cosa. Segundo, porque el acto de ser (esse) no es el acto propio de la materia, sino de toda la substancia. En Efecto, ser (esse) es el acto de aquello de lo que podemos decir que es. Pero el acto de ser no lo podemos predicar de la materia, sino del todo. Por eso de la materia no puede decirse que es, sino de toda la substancia. En tercer lugar, porque tampoco la forma se identifica con el acto de ser, sino que entre ambos hay un cierto orden: la forma es el acto de ser, como la luz es al lucir, o la blancura al ser blanco. Cuarto, por que respecto a la misma forma, el acto de ser (esse) se comporta como acto. En efecto, en los compuestos de materia y forma se dice que la forma es el principio de ser ( principium essendi) porque es el complemento de la substancia, cuyo acto es el mismo ser (ipsum esse). Por ejemplo, la transparencia es para e aire el principio de su acto de lucir, ya que le hace ser el sujeto apto para recibir la luz.

Por consiguiente, en los compuestos de materia y forma ni la materia ni la forma se puede decir que son lo que es ( id quod est) o el mismo acto de ser ( ipsum esse). En cambio, la forma puede decirse que es aquello por lo que algo es ( quo est) en cuanto que la forma es principio del acto de ser; la substancia completa es precisamente lo que es ( quo est), y el acto de ser (esse) es aquello por lo que una substancia se denomina ente (ens) ( C. G., II, c. 54).

La substancia de cada cosa le pertenece por sí misma y no por otra cosa. Así el ser luminoso en acto no pertenece a la substancia del aire, pues no le corresponde al aire por sí mismo, sino por otro. Ahora bien, toda cosa creada tiene su acto de ser recibido de otro, si no, seria un ser causado. Por consiguiente, en ninguna substancia creada se identifican el ser ( esse) y la substancia ( C.G., II, C.52). Es evidente que sólo Dios en su ser, o dicho de otro modo, existe por esencia, puesto que su ser es su substancia, lo que no puede decirse de ninguna otra cosa, el ser subsistente necesariamente ha de ser único, lo mismo que la blancura subsistente. Todas las demás cosas son seres por participación, de tal modo que en ellas la substancia que participa del ser es diferente del ser participado. Todo lo que participa tiene respecto a lo participado la relación de potencia a acto; por tanto, la substancia de una cosa creada tiene, respecto a su ser, la relación de potencia a acto ( Quodl., III, a. 20).

LA ESENCIA Y LA SUBSTANCIA.

La palabra ente se aplica de una manera absoluta y primordial a las substancias, y de una manera relativa y derivada, a los accidentes. Por eso la esencia existe propia y verdaderamente en las substancias, y sólo pertenece a los accidentes de una manera derivada y relativa. Por otra parte, hay substancias simples y otras compuestas, y la esencia existe tanto en unas como en otras. En las substancias compuestas se distingue la materia y la forma, así en el hombre el alma y el cuerpo. Pero no se puede llamar esencia a ninguno de estos dos elementos separado del otro. Está claro que la materia sola no es la esencia, en efecto, la esencia es aquello por lo que una cosa es cognoscible y se ordena en una especie y un género, ahora bien, la materia no es el principio del conocimiento, ni en función de ella se determina el género y la especie de una cosa, sino en función de aquello por lo que dicha cosa es en acto. Tampoco se puede llamar esencia a la sola forma de una substancia compuesta, contra la opinión de algunos. Esto se deduce de lo anteriormente expuesto, a saber, que la esencia es lo significado por la definición de una cosa. Pero la definición de las substancias naturales contiene no sólo la forma, sino también la materia, sin lo cual no habría diferencia entre las definiciones naturales y las definiciones matemáticas. Tampoco se puede decir que la esencia designe la relación entre materia y forma o algo sobreañadido a ellas, por lo que esto sería algo accidental o extraño a la cosa, incapaz de hacerla conocer. Sólo queda que la palabra esencia designe, en las realidades compuestas, el compuesto de materia y forma. y la razón lo confirma, porque el acto de ser de una substancia compuesta no es el acto de ser de la materia sol, ni de la forma sola, sino del compuesto. ( De Ente et essentia, cc.1y 2).

Hay tres modos de tener esencia en las substancias. En primer lugar está Dios, cuya esencia es su mismo acto de ser, por eso, algunos filósofos pretendieron que Dios no tiene quididad o esencia, puesto que su esencia no es más que su acto de ser. El segundo lugar, la esencia se encuentra en las substancias creadas intelectivas, en las que el acto de ser es distinto de la esencia, aunque ésta sea inmaterial. Por eso su acto de ser no es absoluto, sino recibido y, por tanto, finito y limitado a la capacidad de su naturaleza que lo recibe. En cambio, su naturaleza o quididad es absoluta y no se halla recibida en ninguna materia. En este sentido se dice en el libro de las causas que los espíritus puros ( intelligentiae) son infinitos respecto a lo que le es inferior, y finitos respecto a lo que le es superior. Son finitos respecto a su acto de ser, que reciben de alguien superior, pero no están determinados por lo que le es inferior, puesto que sus formas no están limitadas por la capacidad de una materia apta para recibirlas. De ahí que en tales substancias no pueda haber una multitud de individuos de la misma especie, salvo en el caso del lama human, a causa del cuerpo al que se encuentra unida.

En tercer lugar, la esencia se encuentra en substancias de materia y forma, en las que el acto de ser es también recibido y finito, porque lo tiene de otro, además, su naturaleza o quididad es recibida en una materia " determinada" ( signata). Por esta razón son finitas tanto respecto alo que le es superior como respecto a lo que le es inferior, y en estas substancias, a causa de la división de la materia signada, se realiza la posibilidad de la multiplicación de los individuos dentro de una misma especia ( De ente et essentia, c. 6).

Santo Tomás nos habla de dos tipos de esencia de la substancia, una es la esencia de la substancia compuesta y la otra es la esencia de la substancia simple. La esencia de la substancia compuesta no es únicamente forma, sino que comprende forma y materia, mientras que la esencia de la substancia simple es solamente forma. La esencia de la substancia compuesta se puede tomar como todo o como parte, a causa de la determinación de la materia, por eso, no se puede predicar de cualquier modo la esencia de una substancia compuesta de esta misma substancia, no se puede decir en efecto, que un hombre es su propia esencia. La esencia de una substancia simple es su propia forma, sólo puede tomarse como todo, pues no hay más nada que la forma que pueda recibirla y por consiguiente la esencia de la substancia simple, siempre se puede predicar de la forma.

En lo que respecta al acto y la potencia se dice que toda substancia creada está compuesta de potencia y acto, en cuanto una cosa puede ser, ya es algo, aunque todavía no sea, lo que, pudiendo ser, aún no es, se dice que es en potencia, lo que ya es, se dice que es en acto( de principiis naturae). La materia y la forma son los elementos de la substancia natural, la potencia y el acto son los elementos del ente en general. Por eso, todo lo que depende de la potencia y del acto en cuanto tales es común a las substancias creadas materiales e inmateriales. Citando a Boecio él dice; " que las substancias están compuestas de aquello por lo que es y de lo que es, de lo que es y el acto de ser".

Para finalizar la posible definición de substancia a través de la visión aristotélico tomista, se entiende que la substancia no añade al ente una diferencia que designe una naturaleza sobreañadida al ente. El nombre de substancia expresa más bien un especial modo de ser, a saber; el ente por sí (per se), y así sucede con lo demás géneros. Ese modo expresado puede ser un modo que acompaña generalmente a todo ente. Ese modo puede a su vez tomarse de dos maneras: en cuanto sigue a todo ente en sí mismo, y en cuanto sigue a cada ente en relación con otro.

La substancia es una realidad cuya naturaleza exige no ser en otro; accidente es una realidad cuya naturaleza exige ser en otro ( Quodl., X, a. 5).

" Mecánica cartesiana de la res extensa en el capítulo II, en el apartado de las Nociones cartesianas de substancia, dice; que en Descartes se presentan lo que parecen ser dos definiciones de susbtancia la más clara y explícita es la de Principios I, 51:

" Por sustancia no podemos entender ninguna otra cosa sino la que existe de

Manera que no necesita de ninguna otra cosa para existir".

(Principios I, 51A.T., VIII, 24; O.Z. 333).

Para Descartes, según el profesor Alfredo Vallota, concibe la susbtancia en términos de independencia, de aquello que no necesita de ninguna otra cosa para existir. En Descartes también se reconoce que sólo puede haber una única substancia, que es Dios. Porque todo lo demás, al menos en tanto que es creado, requiere de Dios para existir. Posteriormente él dice que como consecuencia de esta definición tan radical, se abre un interrogante: ¿ qué sucede con el estatus de las cosas, animadas o inanimadas, que eran consideradas substancias desde Aristóteles?. El profesor Vallota comenta que en sentido riguroso, o unívocamente como dice Descartes, no califican como tal. Pero en tanto algunas de ellas sólo dependen de Dios para existir, y aparte de él no dependen de ninguna otra cosa, también pueden, a juicio de Descartes, ser consideradas como substancias, pero adjetivadas, esto es, substancias creadas.

Argumentando esta definición de substancia Descartes lo refleja así: " y por esta razón no deben dejar de llamarse substancia, porque cuando decimos acerca de la substancia creada que subsiste por sí no por eso excluimos el concurso divino que necesita para subsistir, sino que significamos solamente que es tal que puede ser sin todas las otras cosas creadas". ( A.T.III,429; O.Z., pp.399-400).

En el libro de la "Mecánica cartesiana de la res extensa" se plantea que existe también otra definición de substancia que plantea Descartes en las respuestas a las II objeciones, cuando plantea argumentos a favor de la existencia de Dios. En la definición V dice:

"Toda cosa en la cual, como en un sujeto, está íncito algo,

o sea por la cual existe algo que conseguimos, es decir,

alguna propiedad, cualidad o atributo del que tenemos

en nosotros un ideal real, es llamada substancia".

( V. P 130).

En esta definición de substancia se le concibe como aquello que es portador de propiedades, cualidades o atributos que a ella le pertenecen, remite a la definición aristotélica de substancia como sustrato de cualidades y sujeto de predicaciones, aquí podemos ver una semejanza ya explicita con la noción de substancia aristotélico – tomista.
llevan a preguntar si en Descartes se refiere a ellas como cosas diferentes o a una cosa única. Señalando que de hecho, Aristóteles también trató a la substancia como aquello que es tanto auto subsistente como sustrato de cualidades por lo que, que se aclara que a través de Aristóteles, ambas estarían relacionadas al igual que en el planteamiento Tomista, esto sería una clara relación, teniendo en cuenta que en la tradición Aristotélico – Tomista, la primera substancia eterna es Dios y las otras son creadas y conocidas a través de los atributos.

En la aclaración del primer sentido de substancia Descartes nos dice en los principios lo siguiente: " algunas son de naturaleza tal que no puedan existir sin otras cosas, mientras que otras sólo necesitan para existir del concurso de Dios. Hacemos esta distinción llamando a las últimas substancias y a las primera cualidades o atributos de esas substancias".

De esto se concluye que Dios es una Substancia que no depende de otra cosa para existir y posteriormente habrían substancias creadas, que no dependen de otra cosa para existir, pero que si dependen de Dios y los atributos o cualidades que dependen de la substancia creada para existir.

En el autor Luis Villoro en su libro " La idea y el ente en la Filosofía de Descartes" en el tercer capítulo del encubrimiento del principio habla de dos sentidos de substancia. En el primer sentido de substancia, descartes dice: " Yo, que estoy cierto de lo que soy, ¿quién soy?. A lo cual responde el mismo Descartes: "Una cosa o susbtancia pensante". Descartes utiliza susbtancia aquí en el sentido compatible de reducción del conocimiento cierto a la esfera del ente abierto. Villorrio a esto comenta que de haber desarrollado con coherencia ese sentido hubiera puesto en crisis la acepción tradicional de substancia. Esto lleva a pensar que Descartes no se desprendió totalmente de la noción de substancia en la tradición Aristotélico - Tomista. Villorrio dice que en un primer sentido, susbtancia podría significar el conjunto de los atributos en su existencia efectiva, desde el momento en que significamos una propiedad como efectivamente existente, nos es imposible separar su idea del hecho de su ser, pues no podemos concebirla como una nada., La palabra substancia expresaría el ser en ente de esa propiedad. La necesidad de concebir cualquier propiedad como soportada por una substancia, proviene, en efecto, de la imposibilidad de concebirla inexistente, entonces, substancia es un término que indica que una propiedad en su existencia efectiva, la comprendemos necesariamente coexistiendo con otras propiedades, en su conjunto del cual no puede ser efectivamente separada. El ser ente del atributo es un ser en conexión con otros atributos; así, al significar el ser ente de una propiedad, la palabra substancia, significa, al mismo tiempo, el ser ente del complejo de propiedades cuya existencia se da al darse la existencia efectiva de una de ellas. Decir que un atributo es en una substancia sería, de hecho, equivalente a decir que no existe abstraído del complejo de propiedades del que efectivamente forma parte, sino que, al ser algo, lo es como miembro de un conjunto de propiedades coexistentes. Substancia significa, entonces, el ser ente del conjunto, en el cual es cada propiedad.

En los principios Descartes dice: " Sin embargo, no puede advertirse en primer lugar la sustancia solamente de que ella sea una cosa existente, pues sólo esto, por sí mismo, no nos afecta ( no nos afficit), pero fácilmente la conocemos por cualquier atributo suyo, mediante la noción común de que no hay atributos, ni propiedades, ni cualidades de la nada (quod nihili nulla sint attributa, nullaeve propietates aut qualitetes). Del hecho, pues, de percibir que algún atributo está presente, concebimos que necesariamente está también presente alguna cosa existente o sustancia, a la cual puede ser atribuido ( ex hoc enim quod aliquod attributum adesse persipiamus, concludimus aliquam rem existentem, sive substantiam, cuiillud tribui possit, necesario etiam adesse)".

Esto se puede entender como 1. la substancia no puede concebirse simplemente como " cosa existente", sin incluir en ella determinación de propiedad o atribución alguna. 2. la susbtancia es conocida "por cualquier atributo suyo", sin el atributo es incognoscible. La comprensión de la susbtancia se deriva de la comprensión de sus atributos y no a la inversa. 3. de estar presente el atributo ( " ex hoc quod attibutum adesse percipiamus") se deriva que está presente necesariamente en la substancia, ( .. "concludimus substantiam necessario etiam adesse"). La relación entre ambos términos es una relación de presencias, para poder hablar de substancia, los dos términos deben de estar manifiestos en el pensamiento. La substancia es, en este sentido, algo patente, igual que sus atributos. De aquí se desprende que la substancia sólo está presente en el conjunto de atributos, porque sólo con éste está dado el ser ente de todos y cada uno de los atributos. La presencia de la substancia añade, pues, algo a cada una de las propiedades, pero no al conjunto de todas ellas. 4. En el texto de los principios dice descartes que con admitir la substancia, admitimos algo, " a lo cual pueda atribuirse" la propiedad (cui illud tribuii possit).

Descartes llega a la definición de substancia a través de los atributos, donde el no puede concebir la existencia de cualquier propiedad más que en términos de su ser en... porque al pensar en una propiedad piensa ya en algo que debe ser en otro, al juzgar un atributo efectivamente existente comprende esa existencia como existencia en.... Villorrio afirma que substancia no significa más que el atributo tal que como efectivamente existe. La substancia significa en este sentido, ser ente de lo que se muestra; "atributo", una manera como ese ente se muestra.

El segundo sentido de substancia que se encuentra en Villorrio es, que substancia tiene también un sentido heredado de la tradición, que no se deriva del anterior y que, sin embargo, Descartes no distingue de él. Si la substancia no puede ser conocida sin los accidentes y sólo añade a éstos la noción de su ser ente, resultaría que ella misma no tendría más existencia que la de los accidentes. La substancia nunca puede ser concebida conforma a los accidentes, ni tomar de ellos su realidad. La substancia aparece como la idea de la "entidad" de los accidentes, y, es este contexto entidad, no quiere decir esencia sino existencia real. En este caso la entidad no corresponde pues propiamente a los accidentes, sino a otra cosa llamada substancia y sólo ella puede tomarla prestada.

"EN QUÉ DIFIERE Y EN QUE SE PARECE"

RELACIÓN Y DIVERGENCIA EN LA NOCIÓN DE SUBSTANCIA CARTESIANA Y LA NOCIÓN DE SUBSTANCIA EN LA TRADICIÓN ARISTOTÉLICO – TOMISTA.

Es importante acotar que la noción de substancia a través de la historia de la filosofía ha tenido muchas definiciones, partiendo de su definición del latín " substantia, se entiende como esencia. En la filosofía premarxista se entiende como base primera, invariable, de todo cuanto existe, conservada pese a todas las transformaciones, a diferencia de los objetos y fenómenos concretos, y sujetos a cambios, esencia más general y profunda, cuya causa y fundamento no se hallan inclusos en alguna otra cosa, sino en ella misma.

En el idealismo se considera que la substancia es Dios, la razón universal, la idea, en algunos filósofos medievales se entiende que es Dios, identificado con la naturaleza y con la materia. Los materialistas comprenden por substancia algo material. Finalmente en Descartes se admiten dos substancias, la material y la ideal como perfectamente equivalentes, lo cual se halla en contradicción con el concepto mismo de substancia, como unidad.
"Mecánica cartesiana de la res extensa" en el apartado de la noción heredada de substancia, se comenta que Descartes tomo contacto con la metafísica tradicional, siendo un heredero de ella, posteriormente Descartes se convirtió en un crítico opositor al hilomorfismo, que es la forma en que el aristotelismo da cuenta de los cuerpos. El profesor Vallota argumenta: " que Descartes estimaba justamente que le bastaba atacar sólo los fundamento del pensamiento escolástico, en particular los de la doctrina del cuerpo concebido en términos de materia y forma. Para hacerlo apeló a una modalidad similar a la que utilizó para enfrentarse al problema epistemológico en la primera de sus Meditaciones Metafísicas."
– escolástico interpreta la realidad mediante categorías que se pueden calificar como cualitativas, surgidas de la elaboración intelectual de la información que capturan los sentidos, que son los que nos permites acceder al conocimiento de las cosas. De esta forma se alcanzan ciertos principios que permiten el conocimiento de la realidad. Esto es entendido, en interpretación del profesor Vallota, como el resultado en que las cosas se entienden como constituidas por dos principios, la materia y la forma: materia es aquello de que las cosas están hechas, y la forma ( esencia, naturaleza, quididad, alma) aquello que hace que una cosa sea lo que es, lo que in-forma a la materia. Partiendo de esto se puede deducir que en el aspecto del hilomorfismo, Descartes se desprende de la tradición aristotélico – tomista, marcando una diferencia.

En la mecánica cartesiana de la res extensa, en el apartado: " Estrategia frente al paradigma tradicional" del profesor Vallota, él dice: que Descartes en el mundo rechaza las nociones de formas substanciales y afirma que los escolásticos, para sostenerla, eliminaron tan exhaustivamente las propiedades de la materia que respecto a ella no han quedado nada que pueda ser claramente entendido. En esta cita se plantea una diferencia sustancial en Descartes del paradigma aristotélico – tomista, partiendo de allí Descartes trata de superar la teoría del hilomorfismo.

Entre las semejanzas de la noción de substancia aristotélico – tomista y la noción cartesiana de substancia, es que ambas parten de la concepción de substancia como aquello que es portador de propiedades, cualidades o atributos que a ella pertenecen.
aparecen algunas semejanzas tradicionales que yacen solapadas en Descartes las cuales son:

1.
2. Asimetría existencial: El mismo contraste previamente indicado entre dependencia e independencia, sobrevive con diversas tonalidades en la versión cartesiana en la que se postula para la substancia una condición de independencia o auto subsistencia existencial, mientras que por constraste " ningún accidente o acto puede darse sin una substancia de la cual sea acto"
3. Sudyacencia: paralela a la noción de substancia, en su dimensión de independencia existencial, persiste en Descartes la caracterización de la substancia como sustrato de inherencia de propiedades. No habría por cierto incompatibilidad de principio entre esta noción de substancia y el concepto de independencia. Una entidad existencialmente independiente puede en efecto ser un sujeto o sustrato de propiedades.

Entre algunas posibles diferencias entre la noción de substancia aristotélico – tomista y la cartesiana tenemos por ejemplo, la noción de independencia. Según Lluberes para Descartes una substancia no puede depender existencialmente de cosa alguna sino de sí misma, sólo Dios strictu sensu calificaría como susbtancia genuina. Per contra, las substancias creadas dependiendo, como dependería, de Dios para su existencia, calificarían como "substancias" sólo en un sentido laxo o derivado.

En cuanto al conocimiento sobre la noción de substancia cartesiana se plantea por otra parte en términos muy diferentes a los de la tradición aristotélico- tomista, ya que en éste último caso nos estaríamos refiriendo a objetos visibles, separables. En Descartes según Lluberes, por el contrario, se postula una condición de inobservabilidad en principio,: " No conocemos la substancia por sí misma", se trataría en consecuencia de un tipo de acceso indirecto por la vía inferencial a partir de determinados datos. Al percibirse: " la presencia de algún atributo concluimos que por fuerza está presente también alguna cosa existente o substancia a que aquél pueda ser atribuido. Esto difiere de la tradición con respecto a la observabilidad de una substancia: " cuando veo una flor, no veo ni puedo ver la substancia de la flor, como algo separado de sus colores y demás atributos. Pero en la medida que veo los colores de la flor manifiestan su substancia entonces en palabras de Santo Tomás dice, puedo decir con justicia que percibo la substancia". Es conveniente resaltar que para Descartes el número masivo de cualidades como el color o el olor o el sonido habría sido eliminado del inventario ontológico.

Para lluveres en Descartes el acceso epistemológico a las substancias estaría guiado por los siguientes principios.

1. La presencia de una propiedad nos faculta para inferir la existencia de una substancia subyacente a la misma. Ello por supuesto no habla de por sí acerca de la naturaleza de ese putativo sustrato. De aquí la indispensabilidad de un segundo principio.
2. Hay entre las propiedades de la substancia exactamente una, la esencia, que nos permitiría responder inequívocamente la pregunta acerca de la naturaleza de una determinada substancia.
3. Las esencias se excluyen lógicamente en cuanto a posibilidad de coexistencia en una y la misma substancia.
4. Sólo puede haber dos tipos diferentes de substancia.

En estos cuatro principios diverge la tradición aristotélico – tomista.

Existen también algunas semejanzas entre la noción de substancia aristotélico – tomista y la cartesiana donde ambas definiciones de substancias se presentan como algo en sí, que no necesita nada para existir y que existe por si misma, en Descartes son llamadas las substancias incorpóreas y en la tradición es la substancia eterna.

La otra relación de la noción de substancia aristotélico – tomista y la cartesiana es que ambas mantienen las condiciones de identidad del objeto como el mismo objeto. El ejemplo clásico es el de la cera;

" si todas las propiedades que exhibe un objeto pueden cambiar o

desaparecer sin que deje de ser el mismo objeto, entonces hay algo

en ese objeto que difiere de sus propiedades detectables, y ese algo

rige las condiciones de identidad del objeto como el mismo objeto"

Aquí aparecen consideraciones semejantes a las aludidas para el caso de la substancia aristotélico .

lunes, 3 de mayo de 2010

platon

En el "Timeo", una de las obras escritas en el período de vejez, nos expone Platón su cosmología, inspirada, como el resto de sus grandes concepciones, en la Teoría de las Ideas. Es a partir de ellas como el Demiurgo modela la materia y da lugar así a la constitución de nuestro universo. El Timeo es una de las obras de vejez de Platón en la que encontramos expuesta por primera vez, sin embargo, su cosmología. La obra comienza con una referencia al mito de la Atlántida (que será completado y desarrollado en el Crítias).
La cosmología en el Timeo

Una galaxia en espiral, de estructura similar a la de la Vía LácteaA continuación pasa a exponer su cosmología, a la que siguen numerosas consideraciones sobre el alma del mundo, el tiempo, el lugar, las clases de seres vivos y el análisis de las diversas características de los cuerpos, entre otras. Timeo, que es presentado como conocedor de las ciencias de la naturaleza, particularmente la astronomía, y originario de las regiones itálicas en las que se había desarrollado el pitagorismo, es el encargado de exponer el pensamiento de Platón. La cosmología que nos presenta está basada en la teoría de las Ideas. Antes de iniciar su exposición se plantea la pregunta siguiente: ¿En qué consiste lo que existe siempre y lo que cambia siempre? Lo que existe siempre son las Ideas, y lo que cambia siempre es el universo; por ello no hay estrictamente hablando ciencia de la naturaleza, sino solamente simples conjeturas o de explicaciones probables acerca de ella. Estamos, pues, ante una explicación verosímil, por lo que no debemos atribuir literalmente a todas las afirmaciones el carácter de reflejar objetivamente el pensamiento de Platón sobre el tema.
Los elementos de la explicación cosmológica
Los elementos fundamentales que interviene en la explicación cosmológica son, pues, las Ideas y la materia, a las que hay que añadir el Demiurgo, (especie de semidiós artesano del universo, y su causa eficiente), y el vacío, necesario para explicar el movimiento. Simplificando las explicaciones, siempre alegóricas, de Platón podríamos resumir su pensamiento de la siguiente manera: las Ideas, que existen eternamente en algún lugar, son contempladas por el Demiurgo quien, admirado por su perfección y belleza pretende trasladarlas a la materia, que se halla sumida en el caos y el desorden, sometida como está al movimiento. Tomando como modelo esa perfección y belleza de las Ideas el Demiurgo modela la materia, introduciendo en su originario caos y desorden, el orden: la belleza y la armonía. El Demiurgo es presentado por Platón como un ser bondadoso cuya intención es la de hacer participar a la materia de la bondad y perfección de las Ideas, por lo que ha de suponerse que el mundo resultante es el mejor de los mundos posibles. Las imperfecciones del mismo no son atribuibles al Demiurgo, sino a las características propias de la imperfección de la materia. Por lo demás, no debemos concebir el Demiurgo como un dios creador, puesto que trabaja sobre materiales ya preexistentes.
El cosmos como animal eterno

En el centro del mundo el Demiurgo colocó un alma que se extiende por doquier por el universo, y que creó a partir de la combinación de las Ideas y de la existencia divisible del devenir, de las cosas sensibles, pero también de lo Mismo y lo Otro, gozando por ello de una realidad intermedia. Las almas inmortales son formadas también por el demiurgo a partir de una composición similar a la del alma cósmica, por lo que tanto unas como otra participan de los dos mundos. El cosmos se ve convertido así en un animal eterno.

Parece ser, pues, que la intención de Platón es la de insistir, frente a las teorías mecanicistas de Demócrito, por ejemplo, frente a un universo caótico y sin finalidad ninguna, en la visión de un cosmos ordenado siguiendo los dictados de la inteligencia. La actuación del Demiurgo está sometida, pues, a un fin: trasladar el orden del mundo de las Ideas a la materia, ofreciéndonos así una explicación finalista, teleológica, del universo.