domingo, 2 de junio de 2013

REFLEJO

Un mundo que traje aquí, un mundo que me hice de dentro hacia fuera. Un reflejo de la soledad que me hizo fuerte, y un mundo de personas, encerradas ahí fuera. Gritando por romperse en pedazos. Siendo el espejo parte de mi reflejo. Porque aquí dentro, allá dentro, sólo soy yo ante el mundo. Cada mañana, y cada noche, él me observa. A veces, no logro distinguir quién está dentro, y quién está fuera. Tanta seriedad me aterra, tanta codicia por un silencio que no me rodea, me desespera. Aquí afuera, en tu ausencia, él me encierra. Escapo en un mundo de ausencias, lleno de paciencia, y suspiros que te desean.
Eres, aquella, por quien, sale uno hacia fuera, desea tus brazos y que mi espejo fueras, reflejo de mi sonrisa, y de la vida, cada mañana y cada noche, por el resto de mi vida. Me encargaría que mi reflejo, dibujara una sonrisa en tu cara cada día.
De momento, camino buscando referencias, y persistencias, en reflejos llenos de ausencias. En un mundo paralelo, donde cada paso, es eco de la soledad que debes aprender para apreciar la compañía.

Es el resurgir, de dentro de la tierra heme aquí, a partir de cachos, puedo salir, muchos hablan, muchos dicen y no saben lo que es de mí… podría decir… pero, esto es así, no, no  es cuestión de partir, sino de ser parte de la resistencia arrogante, de este mundo de mentirosos, en alza, no hay valor a las palabras, pero de palabras somos algunos, y de macabras armas, cuando nadie acaba, sólo la lágrimas cuando el camino se hace cuesta arriba y la rabia te atrapa… no levantas, te encontrarás un pie que aplastará tu cara, más abajo hasta que dejes de ser una voz más…
Esquizo, voces en mi interior, ya sólo no hablo yo, cuántos de vosotros tienen parte de sí que dirige su vida por sí… imbéciles, yo estoy aquí, di lo que tengas que decir, que a mí, ya no me importa lo que has de decir… porque mi camino se va, se va de ti, se aleja de mí, porque ya no me encuentro aquí, porque no escucho mis pasos y soy ciego…  ciego de mí.
Sueno, como el golpear de un teclado, como el crujir de huesos que no están cansados… y me canso del blablablá de tu quejidos y después nos callamos… no luchamos, y queremos que todo sea cambio… heme, delante de mi reflejo, no hay cambio, no hay otro, soy yo, cada vez más yo, cada vez más identificado con el espejo, reflejo de mis actos, no hay arrepentimiento… cada imperfecto perfecto detalle dentro, del espejo es reflejo de mi imperfecto cuerpo… el cansancio es intrínseco por falta de sueño, pero mis problemas son parte de mi vida, solución de parte de mis actos, y consecuencias que atrapo, y me como con actos…
Mírate, porque jamás seré reflejo de ti en mi espejo… mi alter ego todavía no está muerto.
En el eco de puertas rotas y en el silencio de almas ciegas, es tu miedo el que se muestra. En versos de ego, tu y yo somos espejo… mi mundo es tu reflejo, vacío, en un mundo de silencio; el tuyo, es un mundo de multitudes, ladrones de tiempo, creadores de problemas y muebles que ni siquiera molestan… pero, en ese instante donde yo soy tú, y tú eres yo… ese momento, donde los dos somos uno, ambos, buscamos a nuestro alrededor, y no encontramos conversación…
No soy más allá que tu reflejo, lo que más temas en este momento… tal vez, yo no soportara vivir en tu mundo, tan lleno… porque, aunque también tenga mi reflejo, donde yo también tengo a todos ellos… mi mundo, de mi reflejo, no difieren tanto, como para tenerle miedo…

Despiértome, asustado y del revés… a través, del grito que pegué, quedé, roto otra vez. Resulta qué, aca dentro muchos pensamientos me roban el sueño, durante tanto tiempo, que es parte del proceso. Eeeeeeecooo… eco…  eco… eco… y me devuelven versos, por no saber qué hacer con ellos… de acuerdo, cayeron y callaron por tiempo, se ahogaron en cemento, reventaron por dentro, y fue sangre lo que salió de sus adentros…no hay tinta que los pinte de nuevo, y si lo consiguen, jamás quedarán bien recompuestos, jamás serás los mismo versos.
Nuevo ante el tiempo, a cada día cada vez más incierto, cerrado pero abierto, y alejado del vago entendimiento. Todo el dolor expuesto, todos, mis órganos internos sobre la mesa en funcionamiento, todos los secretos en bolsitas sin poder saberlos. Cremalleras de ojos, y oídos… tapones para orificios, y colgué mi piel con el tiempo, visto traje y órganos de metal en estos momentos… pero por dentro, no sueno a hueco, resueno como el eco que se pierde y choca hasta destrozarme por dentro. Latidos son segundos, tic tacs que quedan cuando despierto y me miro al espejo. Descubro, que lágrimas caen en mi reflejo, pero al buscarlas no las encuentro. Siento, como me quedo atrapado allá al otro lado, alejado de todo dolor que acá a este lado debo soportar para no romper en pedazos. Pero pulo metal y en mi piel queda ralladuras del tiempo. No quiero tocar mi cristal, por no romper mi reflejo, pero acá dentro me llevo por dentro. Tras este metal, tras todo este aparente yo, hay que aprender a ver más allá.
El mundo está lleno de ciegos, pero muchos de ellos es que no quieren abrir los ojos, no seas necio y mira la vida con orgullo, si hace falta, estréllate con el muro aún viéndolo…

Morimos en noches, agotados y pensando, en un mañana mejor. Entre movimientos de un lado a otro de la cama, vivo yo, y busco en sueños lo que en noches eternas no encuentro. Amanecer así, sin saber donde mirar, sin entender más allá del sol que asoma por entre los árboles… lleno mi vida de rutinas, de vidas de relleno que apenas me motivan y me siento en un camino predeterminado donde yo dirijo sobre todo lo demás. Y puedo, y porque puedo, a pesar de todos los impedimentos, mis pasos son siempre hacia delante… encontrándome en un momento de que a pesar de todo lo que pase, tengo un objetivo más allá de todo. Mi vida queda aclarada cuando me encuentro haciendo lo que quiero hacer a pesar del resto…
Y dejaré a un lado todo aquello que quedó secundario, me dejaré a un lado, y me veré marchar con mis pasos, quedándome en mi eterno pasado olvidado, mientras el crecer deja atrás los años, y los años nos enseñan la lección que atrás nos equivocamos. Y mientras me encuentre al otro lado de mi reflejo, y no sea otra persona la que soy… seré yo, a pesar de que ya pocos me ven cuando dejé de mostrarme.




















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