martes, 24 de abril de 2012

MATUTE GOMEZ

Matute Gómez, quien llegó a Costa Rica en 1935, era primo del dictador venezolano Vicente Gómez . Algunos dicen que era medio hermano, pero para evitar escandalos se le conocio como primo. “…..Se vino a Costa Rica como asilado político, dueño de una fortuna con la cual adquirió la casa”, expresó el periodista e historiador autodidacta, Guillermo Villegas Hoffmaister. Como ilustración reproducimos un segmento del libro “La alegría de andar”, de Eduardo Zamacois, el que hace referencia al despotismo que se vivía en Venezuela durante los 27 años de dictadura de Vicente Gómez. “……..A todos ellos, reiteradas veces les interrogué acerca del general don Juan Vicente Gómez”. ¿Cómo es? ¿Se deja entrevistar fácilmente? Cuentéenme ustedes detalles de su vida y de su advenimiento al poder… Pero alguna de las personas a quienes iban dirigidas estas preguntas temerarias me respondía. Los mas atrevidos, después de pronunciar el nombre del Presidente suspiraban y miraban al cielo, cual si el nombre de aquel envolviese un maleficio”. “Poco a poco, relacionando insinuaciones y frases recogidas aquí y allá fui conociendo el inmenso dolor de la vida venezolana. Allí donde el despotismo impera, la alegría de pensar no existe. El machete ha malado a espíritu. De los intelectuales que habían en Venezuela unos están en las cárceles, otros en el destierro, y sólo han podido salvarse los que tuvieron la fortuna de callar a tiempo. Desorientada, oprimida, acobardada por los fantasmas del espionaje y la delación , sin libertad para asociarse , ni tribunales fuertes que la defiendan , la juventud aurora de la patria languidece bajo las altas botas del señor Presidente, cuyas espuelas se oyen en toda la República “. “La fortuna de don Juan Vicente Gómez asciende a varios millones. Puede decirse que es dueño de media Venezuela”. Aparentemente, Santos Matute Gómez, fungió como gobernador de algunos estados venezolanos, en donde se le acusó de corrupción. Quién era Matute Gómez? Su vida en Costa Rica “Matute Gómez tenia dos hijas, Ida e Isola. Esta última se ganó la simpatía de la prensa que publicaba sus poemas y daba gran importancia a sus escritos o comentarios dijo Villegas Hoffmaister. Añadió que desde que “el general” llegó a nuestro país hizo alarde de su buen gusto. La periodista Miriam Brenes Bóngora, amiga de Isola da otra versión sobre los acontecimientos. A Matute Gómez, ” le gustaban las jovencitas”. Surgió entonces un movimiento de mujeres que protestaban por la situación y Matute se tuvo que ir, porque en el país se armó un gran escándalo. Estas declaraciones son respaldadas por la publicación titulada ”Acordó el ejecutivo la expulsión del país del Sr. Santos Matute Gómez”, del periódico La Nación, el 24 de noviembre de 1951. En esa información, el entonces presidente de la República, Otilio Ulate, prometió que tan pronto como se resolvieran unos asuntos judiciales pendientes procedería a ejecutar el correspondiente decreto de expulsión de Matute Gómez. “Unas semanas atrás, el agente principal de Policía de Menores, Francisco M. Ortiz, había impuesto una multa por corrupción de menores”, destacó otra información periodística. El General Gómez tuvo que huir a Panamá, en donde murió en 1958. Un escrito de su propia hija, Isola Matute Gómez, le describe como un hombre generoso. Este es un texto que logramos rescatar de un cuaderno de apuntes de Isola Gómez, en donde describe un viaje con su padre en un yate denominado “El Carmelo” y la llegada a un lejano pueblo venezolano donde había un castillo. “Transcurrido el largo camino llegamos al Castillo de San Carlos, donde mi amado padre debía desempeñar un relativo tiempo el cargo de comandante en jefe. Y por lo mismo muchas responsabilidades venían a resultar bajo este complicado cargo, que fue nunca del agrado suyo. Mi memoria anota lo mas importante que paso a recordar ahora y que mis ojos de niña vieron al llegar: El castillo legendario… las garitas altas… las terrazas soleadas, y las arcadas bóvedas… entre los gruesos muros, raídos los puentes rocosos , que aguantaban con sorda y pesada aspereza el duro batir de los mas fuertes oleajes.” “Desde el primer momento mi padre hizo todas las diligencias y dio todas las órdenes y disposiciones con su propia dirección acertada, para remover aquel ambiente tétrico y solitario… cuando… de una vez que puso los pies en aquellas soleadas terrazas del castillo … y, atravesó los muros de las gruesas y estrechas celdas, que aprisionaban a los cautivos… de los largos años…” Esto llenó su alma de compasión y tristeza… Lo que oí muchas veces de sus labios sufridos…, como un cuento medroso. “Entre esas mazmorras están los pobres hombres muriéndose vivos lentamente…! Esas crueles batallas!…! De las penas que se sufren entre los prisioneros ¡ ¡ Hay que ver lo gruesas que son esas paredes… y lo estrecho de las celdas… y aún así, algunos con esos grillos y cadenas que no los dejan moverse… Inmediatamente dispuso aliviarlos. ¡Quitadles todo eso! Abridles las puertas, y lavadles las celdas. Y ordenó que cada mañana los sacaran sobre las terrazas para coger aire y sol. Les lavaran las ropas y les dieran nuevos vestidos. Y me preocupé de mejorar y nutrir sus comidas de buenas carnes y verduras, y de darle tres raciones bien hechas”. Además les llevó libros y revistas, sin preámbulos ni reservas escribió a su jefe Lupurias pidiendo la libertad de los presos políticos que más pudieron interesarle por sus causas difíciles, lo cual logró a pesar de las muchas dificultades por intrigas, por malas informaciones emboscadas en contra de estos sus buenos procederes. Pero con la firmeza de su carácter sostuvo mi padre su buen propósito y con criterio sólido respondiendo que el “ no había nacido para carcelero” y que no estaba de acuerdo con tener presos en esas malas condiciones”. Estas manifestaciones coinciden con las de Elidia Cárdenas, quien asevera que Matute Gómez usualmente le preguntaba si había suficiente comida para todos los empleados, que en ese momento eran siete. “El coronel sólo me llamaba Grilla y decía que prefería quedarse él sin comer antes de que no comiera el servicio “, afirmó Cárdenas. Fuente: La Casa Matute Gómez, tomado de reportaje de Marilú Papili, Periódico la Prensa Libre , 9 Febrero 1993. Isola Gómez, la legendaria poetiza Dos fueron las hijas de Santos Matute Gómez: Ida e Isola. Pero la mas controversial es la vida de Isola. Una vida que hizo historia y que aún permanece en la memoria de los que la conocieron. Las huellas de Ida, pasaron por este mundo silenciosas, tenues, casi inadvertidas. Solo se sabe que se casó con un alemán de nombre Hans y que murió a los 70 años víctima de bronconeumonía. Acertijo de apellidos Una característica curiosa de esta familia es que todos tenían apellidos diferentes o eran conocidos con nombres distintos. Ida por ejemplo aparece en el Registro Civil como Ida Matute Nieto “conocida como Matute Gómez”. Isola, a su vez, está registrada como Isola Gómez Álvarez, pero conocida como Isola Matute Gómez o Ysola Gómez. Lo cierto es que ambas son hijas de Santos Matute Gómez y de Herminia Álvarez. La confusión existe, según gente que los conoció pues cuando llegaron a Venezuela se cambiaron los nombres debido a los problemas políticos que afrontaban en su país. Isola se casó con el médico Marino Urpí, a los 26 años, el 8 de Enero de 1945 en la Iglesia La Soledad. Muchos testimonios recopilados por este verpertino coincide de que su boda no funcionó y que al poco tiempo los esposos se separaron. Isola y Marino Urpí se divorciaron el 25 de Enero de 1951. De esa unión no hubo hijos. Vocación artística Aunque no tuvo ninguna profesión, Isola Gómez era artista por vocación. En su casa quedan aún algunos cuadros pintados por ella. Pero no sólo la pintura le atraía. A Isola le gustaba escribir poemas y, ciertamente publicó algunos libros, entre ellos Colmena, Verde Claro, Sonido, Mirra y Zumo de mi taza. “Sobre Isola se dicen muchas leyendas. Algunos cuentan que ella salía al balcón por las noches, en un camisón blanco y, a la luz de la luna declamaba sus poemas. La gente decía que estaba descontrolada, otros se detenían a escucharla”, dijo la periodista Miriam Brenes Bóngora, quien tuvo una cercana relación con ella. Isola, iglesia y la generosidad Testimonios y testimonios… Unos cuentan que Isola fue más bien un poquito mezquina, otros la describen como una mujer muy caritativa. Al ser consultado el sacerdote de Barrio Luján, Julio Fonseca conocido como el Padre “Pipo”, exclamó una frase en latín que traducida quiere decir: “De los muertos y de los ausentes no hables nada que no sea bueno”, y añadió que Isola era una mujer sumamente generosa. Con esta versión coincidió Meba Quezada quien trabajaba en la floristería González. Lahman y agregó que Isola se preocupaba por llevar a los trabajadores y vecinos del lugar algún “bocadito”, lo que en la actualidad casi nadie hace. Así mismo, Elidia Cárdenas quien laboró durante muchos años para Isola, declaró que daba muchas donaciones a al iglesia y a los mendigos. “Recuerdo que una vez pasó un hombre algo mayor y de muy mal aspecto. Ella sacó un dinero y se lo regaló. Dijo que ojalá fuera una persona que en realidad necesitara y no una de esas personas que andan pidiendo para no trabajar”, expresó Cárdenas. Pero el mejor testimonio lo da la misma Isola quien continúa hablando después de muerta. Indiscutiblemente era una mujer muy ordenada y cautelosa. Entre las cosas que logramos rescatar está un cuaderno viejo en el que ella hacía firmar a las personas que recibían el dinero que donaba a las iglesias y estampar el correspondiente sello parroquial. Así por ejemplo, el 10 de Julio de 1965 otorga una donación a la Iglesia La Soledad por ocho mil colones para comprar una custodia al Santísimo Sacramento, una imagen de Santa Ana y una de San Roque y para la iglesia de la Santa Cruz, según consta en el cuaderno mencionado. Entre los años 1965 y 1968 había dado a la iglesia alrededor de 42,520 colones para gastos varios lo que equivaldría a mas de 750,000 colones. Los ultimos dias de Isola Aunque se quiso conocer sobre los últimos días de Isola, muchos de sus amigos manifiestan que no pudieron verla en su lacho agonía. Elidia Cárdenas, su empleada, cuanta que estaba muy enferma y que ya no podía salir a ninguna parte, porque estaba en cama. Narró que Jorge, el administrador, la tenía que sacar en brazos a tomar el sol pues ya no se valía por sí misma. No obstante, Miriam Brenes Bóngora, al igual que Ida Chavarría, una vecina, comentaron que no se les permitió verla y que sólo se conformaban con preguntar por su salud. El dictamen de defunción indica que Isola murió a los 82 años el 23 de Enero de 1990 a raíz de una bronconeumonía, de una fractura en la cadera derecha y de senilidad. Aunque uno de sus deseos fue que la sepultaran en Panamá, junto a su padre y su hermana Ida – lo que consta en penúltimo testamento – sus restos descansan en Jardines del Recuerdo. Fuente: “Isola Gómez, La legendaria Poetiza” Tomado del reportaje de La Casa Matute Gómez, de Marilú Papili, Periódico la Prensa Libre , 9 Febrero 1993. Aunque existe un testamento en el que aparecen dos empleados como beneficiarios universales y que revoca el anterior deseo de Isola de legar su fortuna a al iglesia. Apuntes sobre la herencia En su último testamento, dado el 17 de Agosto de 1988, Isola Gómez nombra como únicos herederos de su fortuna a Elidia Cárdenas Barrantes, su empleada doméstica y a Jorge Cordero Bonilla, quien al parecer fungía como administrador en el momento de la muerte de Isola. Sin embargo, el 8 de Mayo de 1987, Isola había hecho un testamento en el que dejaba todo su capital a al Arquidiócesis de San José para que se vendiera y el dinero fuera repartido entre los pobres de Costa Rica. En este testamento, la poetiza tomó en cuenta a su empleada Elidia, pues deseaba que esta se comprara una “casita” y dejarle el dinero necesario para su subsistencia, sin embargo no toma en cuenta a Cordero Bonilla. Aunque la abogada de Cárdenas, María Eugenia Hidalgo, aseguró que se terminó el juicio sucesorio y “ya está la propiedad a nombre de doña Elidia”, en el informe que emite el Registro de la Propiedad, Cárdenas aparece sin propiedades y los bienes aún se registran a nombre de Isola Gómez. Iglesia quiere investigar el caso “Todo esto es muy extraño. Lo que sucedió es que nosotros nunca supimos en realidad lo que pasaba. Lo único que yo supe fue que había buena voluntad de ella (de Isola) de donar dinero a los pobres, y sabía sobre la existencia de un testamento que revocaba su deseo de entregar a la iglesia el dinero para ser repartido a los pobres”, dijo el Arzobispo de San José, Monseñor Román Arrieta. No obstante el abogado Oscar Trejos, quien realizó el último testamento, indicó que las iglesias o instituciones religiosas no pueden recibir herencias de acuerdo en el artículo 593 de Código Civil que textualmente dice: “Las personas morales son hábiles para adquirir por testamento. Sin embargo, serán absolutamente nulos los mandos hechos a favor de iglesias o de instituciones de carácter religioso en cuanto exceden de décimo de los bienes de testador. Tampoco puede disponerse más del décimo para sufragios u otros mandos religiosos”. Según Trejos, tampoco se pueden legar bienes “a los pobres” en sentido genérico porque no es posible determinar fácilmente el beneficiario. “La Herencia de Matute Gomez” Sus cuantiosos bienes, muebles e inmuebles – según un testamento- son para un ama de llaves y el secretario de la última de sus hijas. ¿Qué se iba a imaginar el “general” venezolano Santos Matute Gómez, que 55 años después de llegar a nuestro país sus cuantiosos bienes muebles e inmuebles, iban a ser heredados por el ama de llaves y el secretario de la última de sus hijas. Es casi seguro que así suceda, debido a que la ludida descendiente del célebre personaje, Isola Gómez Álvarez, quien falleció el 23 de febrero pasado a la edad de 82 años, instituyó “por únicos y universales herederos suyos e Elidia Cárdenas Barrantes y a Jorge Luis Cordero Bonilla”. Así lo dispuso la hija de Matute, conocida también como Isola Matute Gómez, ante el Lic. Oscar L Trejos Ugalde, a las 4 PM del 17 de agosto de 1988. Parte del acta notarial dice lo siguiente:”… herederos suyos … Cárdenas y Cordero, de todos sus bienes aquí en Costa Rica y en otros países… Revoca y deja sin efecto ni valor cualquiera otra disposición testamentaria que hubiese otorgado anteriormente”. Sin duda alguna, nadie puede leer lo anterior sin preguntarse por qué el patrimonio de los Gómez quedará en manos de personas sin ningún vínculo familiar con ellos. La razón es que Matute Gómez no tuvo nietos de sus dos herederas: Aida e Isola quienes contrajeron matrimonio con un piloto alemán y con el doctor costarricense Mariano Urpí, respectivamente. De esas uniones no hubo descendencia. Algunas amigas de las hermanas Gómez manifiestan que ambas rehuían al matrimonio, pues pensaban que la fortuna que su padre hacía que los hombres se les acercaban por interés. Cambio de Testamento Aunque no se puede precisar con exactitud cómo fue que el ama de llaves , Elidia Cárdenas Barrantes y el secretario, Jorge Luis Cordero Bonilla, herederos testamentario, conocieron a Isola Gómez , se puede afirmar que en principio sólo ella, de ambos, iba a heredar parte de la riqueza que Matute había acumulado. Antes del 17 de agosto de 1988, fecha en que Isola Gómez Álvarez manifestó su última voluntad, el nombre del secretario no aparecería entre los destinatarios. Así consta en el testamento que ella efectuó ante el notario Lic. Fernando Carvajal Ureña,a la 1 p.m. del 7 de mayo de 1987. El documento dice, entre otras cosas: “… lega la casa grande donde ella vive a las Temporalidades de la Arquidiócesis de San José, de Costa Rica, para que esa casa, junto con los inmuebles, se venda y se distribuya el monto del dinero entre los pobres de Costa Rica, todo bajo la vigilancia del señor Arzobispo de San José. Lega a su empleada María Elidia Cárdenas Barrantes la suma de 500000 colones, a fin de que se compre una casita, y así mismo le lega también la suma de 500000 colones a fin de que ella se alimente y se vista y atienda lo mejor que pueda a sus perritos ( a los cuales Isola vestía y mimaba como si fueran niños). El dinero que sobrase de su cuenta corriente del Banco Anglo Costarricense lo deja para sus funerales y entierro en su caso en el entendido de que su entierro se hará en una bóveda en Panamá, en el cementerio Juan Díaz del centro de Panamá”. Sin embargo, la última hija de Matute Gómez cambió de parecer en cuestión de 15 meses.¿ Las razones?: se desconocen debido a que no pudimos conversar con los herederos , a pesar de que en dos ocasiones visitamos la misteriosa casa sin poder ingresar o ser atendidos por Cárdenas o por Cordero, y dejamos nuestro número de teléfono sin recibir nunca una llamada de respuesta. Una amiga de Isola, quien pidió no ser identificada, informó acerca del interés que ésta tenía de ser sepultada en Panamá, junto a los restos de su padre. Sin embargo, ese deseo quedó truncado con su último testamento, por lo que fue enterrada en Jardines del Recuerdo. Allí descansa lejos de su padre y de su hermana, pero en el corazón del país que la acogió durante 55 años y cuyos habitantes, al pasar frente a su casaroja del barrio González Lamann, continuarán tejiendo la misteriosa leyenda. “TODO SE VENDIO” La casa de 1200 metros cuadrados , un armario y una nevera venezolana son los únicos bienes que quedan de la jugosa herencia de Santos Matute Gómez … “Todo se vendió”, eso es lo único que queda”, dice Elidia Cárdenas, una de los dos herederos. Según el inventario de seis páginas presentado ante el Juzgado Tercero Civil, en febrero de 1990, además del inmueble y los artículos mencionados la última descendiente de Gómez , Isola , poseía un terrero de aproximadamente dos hectáreas en el distrito de San Rafael, cantón de Vásquez de Coronado. Además , valiosas obras de arte, lujosas vajillas. Candelabros y adornos de plata, finos cristales , joyas, muebles tallados en madera con incrustaciones de plata y electrodomésticos. Y como si fuera poco… una bella colección de tallas de maderas de todas las órdenes religiosas católicas, espejos donde se vieron princesas y duquesas francesas. Sobre el producto de la venta de todos los bienes, Cárdenas prefiere guardar silencio. “La Herencia de Matute Gómez” Sus cuantiosos bienes, muebles e inmuebles – según un testamento- son para un ama de llaves y el secretario de la última de sus hijas. Elidia Cardenas Barrantes murio a la edad de 90 años en el año 2000. Fortuna de Matute Gómez

No hay comentarios:

Publicar un comentario